
Por las noches, cuando papá y mamá duermen, un dragón visita mi cuarto. Me subo a su lomo y volamos por el pueblo, viajamos hacia una tierra
colorida. Una tierra de criaturas mágicas y hombres que luchan con ellas.
Mamá me arropa y con un beso en la frente se despide. No cierra la puerta de mi habitación porque la oscuridad me asusta. Cierro los ojos finjiendo dormir, espero a que mamá se marche para levantarme de la cama.
colorida. Una tierra de criaturas mágicas y hombres que luchan con ellas.
Mamá me arropa y con un beso en la frente se despide. No cierra la puerta de mi habitación porque la oscuridad me asusta. Cierro los ojos finjiendo dormir, espero a que mamá se marche para levantarme de la cama.
Camino hacia la ventana, la abro y contemplo ese cielo oscuro salpicado de estrellas, y me pregunto por qué esa oscuridad no me aterra. Miro el reloj, es medianoche, Nelkhael ya debería estar aquí. Y tengo razón, muy cerca de la luna se dibujaba una silueta pequeña, que iba creciendo conforme avanzaba, ondeando en movimientos ligeros, brillando con luz blanquecina, confundiendose con las estrellas, bailando con la brisa gélida de aquella noche, emitiendo un sonido dulce pero profundamente melancólico.
Un tintineo chilón, repetitivo, interrumpe mis sueños, abro los ojos, miro hacia la mesita de noche, y me doy cuenta que es el despertador quien me ha devuelto lo sentidos, lo apago mientras voy maldiciendo a la persona que iventó aquellos aparatos. Seguramente, obra de algún viejo cascarrabias con problemas de Somnolencia.
Mamá me llama desde el primer piso, es hora de levantarse, le respondo que ya voy. Me cambio de ropa y bajo las escaleras, como lo pensé, el desayuno ya está servido sobre la mesa. Doy las gracias, gracias por la comida obviamente, miro a mamá, ella me sonrié, este ambiente me vuelve loca, por alguna razón algo anda mal, tengo un mal presentimiento.
Alguien toca la puerta, pero no de la manera como uno toca la puerta cuando va a visitar a un vecino, este golpeteo, era fuerte y apresurado, cargado de malas noticias. Mamá abre, afuera se encuentra un policia. Miro la cara desencajada de mi madre y luego el rostro inexpresivo pero fingiendo dolor del policia. Como lo pensé, algo no anda bien.
Continuará ...
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