Como ser un vampiro y no morir en el intento. Parte I
-Tommy... Tommy -¡Hey tio, levanta!.
Tommy aún soñaba con su nuevo amigo, que para variar era de algodón. Pero tenía vida y no lo rechaza. Eso, era suficiente. Bueno, para alguien que ha vivido los últimos dieciseís años como un looser, es un tremendo progreso.
Corría por la calzada. Pero no sabía de quién o de qué. Simplemente corría con la mayor rapidéz que le podían permitir sus delgadas piernas de pollo. Era de noche, una noche sin luna ni estrellas y, mientras avanzaba lo poco que alcanzaba a ver eran cadáveres.
Quienes alguna vez fueron sus vecinos, yacían inertes en los jardínes de sus casas, machucando el césped y alguna que otra flor. Sus gnomos de cerámica precenciaban los cuerpos inmóviles pero pronunciaban cánticos en una lengua que Tommy no conocía(sus sospechas sobre los gnomos eran ciertas).
La mayoría de los cuerpos tenían una mordedura en el cuello, de donde brotaba sangre en pequeños hilos. Sus rostros conservaban los últimos segundos de sus vidas, una expresión de terrible desesperación, como si aún después de muertos tratasen de aferrarse a la vida.
Tommy no entendía nada, no quería entender. Ignoraba por completo lo que estaba sucediendo. Sólo sabía que tenía que correr, a cualquier lugar, pero lejos de... ¿de?.
No sabía de que podrñía huír con semejante prisa y porqué.
De pronto sintió algo tibio deslizarse por las comisuras de sus labios y, al llevarse los dedos a la boca, tocando aquél líquido cálido, su cuerpo se llenó de un miedo que jamás había experimentado. Sus manos empezaron a temblar, dejando caer una gota del líquido que tenía en los dedos. Al contraste de aquella noche sin luz, la gota de sangre bañó su alrededor de un rojo absoluto.
Los cadáveres que se encontraban tirados en los jardínes empezaron a levantarse torpemente. Tommy vió con terror como esos seres sin vida se ponían de pie e iban tras él, alentados por los cánticos misteriosos de los pequeños gnomos. Iban tras el muchacho con ensordecedores lamentos(una mezcla de Tommy con ¡uahhhuahhh!).
Sus piernas empezaron a flaquear y el miedo se apoderaba de sus pensamientos. Ahora no sólo huía de la cosa desconocida que lo perseguía, si no que tená a un centenar de zombies tocándole los talones. Por muy aterrado que se encontrara, Tommy no pudo evitar recordar las pelis de terror que le gustaba ver. En especial la de muertos vivientes y, eso sumado a la situación que vivía le pareció graciosa(lamentó que entre sus perseguidores no hubiese alguna muchacha desnuda, por lo menos en lencería).
Tommy sintió levitar por la velocidad con que iba y sus perseguidores parecían atletas, corrían a pocos metros de él (no tienen nada que ver con los zombies de las pelis)-Pensó tommy.
De pronto un ¡Crac!, seguido de un ¡Pum! y se vió derribado delante de un charco(puta piedra)-Maldijo.
Levató la vista y se vió por primera vez reflejado en el líquido.
Lo que vió debía ser un error, no era él, bueno no podía ser Tommy. El chico perdedor, al que hasta los nerds molestaban, no cabía en la descrición del joven reflejado en el charco. Era inaceptable, increíble.
Tommy sintió derrepente que varias mans lo sostenían de las piernas y lo arrastraban hacia la multitud de zombies mientras gritaba y rogaba que lo soltaran. Pero eso no evitó que empezaran a morderlo, llevándose a la boca pedazos de su carne.
El muchacho gritaba con la poca energía que le quedaba, mientras sus ojos iban cerrándose lentamente, derramando lágrimas de dolor y sufrimiento, rogando que todo fuera una pesadilla y que despertara de una maldita vez.
Pero no era una pesadilla... aún no lo era.
-Tommy... Tommy.¡Hey tio, levanta!.
Y lo que sucedió después fué que Tommy despertó, pero mejor si no lo hubiese hecho.
Continuará...
domingo, 5 de diciembre de 2010
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