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lunes, 17 de mayo de 2010

Mi Dragón Mágico

DESTINO:
Prometeo robó el fuego del Olimpo y se lo otorgó al hombre. Pero el fuego de la vida de Zeus pierde su calor ... se extingue y el hombre vuelve a ser polvo, mientras los dioses se regocijan en su morada, esplendorosamente inmortales.

Han pasado varias semanas desde el sepulcro de papá y todavía siento que todo es una pesadilla. Mi voz a muerto, no puedo dormir y el pequeño pedazo de mundo que tenía terminó por derrumbarse. Mamá dice que vuelva a tener la vida de siempre, que salga con mis amigos y asista a la escuela, pero ¿eso es posible?, creo que no.

El despertador vuelve a sonar, con su tintineo chillón de siempre. Pero esta vez no tiene a quien despertar. Escucho la voz de mi madre, no logro entender lo que dice pero le respondo que ya bajo.

Me siento en una silla y espero que sirva el desayuno. No tengo ni la menor idea de como bajé por las escaleras. Mantengo la vista fija en el suelo, tratando de no ver el rostro de mi madre y anhelando ver el de mi padre. Mi cuerpo a perdido vida, tengo un vacío creciendo día a día en mi interior, consumiendo mis esperanzas, llenandome de soledad. Aún no logro entender porqué los dioses nos arrebatan a los seres que más queremos y ya ni sé que es peor, si morir o vivir sabiendo que morirás, ¿de que manera? es lo que me pregunto todas las noches.

-¿Por qué no vas al cine hoy?.-Preguntó mamá. Finjiendo una voz dulce, como si fuera un día cualquiera, negando los hechos, ocultando su dolor.


-No tengo ganas de salir, estaré en mi habitación.-Respondí.

-Estar todos los días encerrada no es bueno para tu salud amor. Que te parece si hoy pido permiso en el trabajo y nos vamos de compras.

-No quiero salir, ni hoy ni nunca.

-Mily, sé como te sientes y te entiendo. Pero tienes que madurar y ver la realidad. Papá ya no está con nosotras y...

-¡No digas eso!.-Grité. Interrumpiendo sus palabras.
Miré fijamente los ojos de mi madre y ví como aquellas lágrimas caían rozando sus mejillas, atravesando el dolor para olvidar los recuerdos.

Me levanté de la silla y salí corriendo, subiendo las escaleras, conteniendo las lágrimas y dejando a mamá inmóvil, abrazando su soledad.
Abrí la puerta de mi habitación, entré y la cerré con fuerza, golpeando al mundo. Me recosté sobre la cama, abracé mi almohada y no pude contener más el dolor. Las lágrimas inundaron mi alma, me ahogaban y no podía nadar, no me quedaban fuerzas, deseaba morir. El dolor se acrecentaba, se pozaba en mi pecho como una inmensa llama ardiente, quemando las viejas fotografías amarillentas de papá, recordandome que él ya no está aquí y que jamás volverá.

Después de la tormenta, mi cuerpo yacía sobre la arena, cansado y con el dolor desvaneciendose de mi pecho. La vista se me nublaba, los días sin dormir me empezaban a pasar factura y no pude resistirme a los brazos de Morfeo.

Sentí como mi cuerpo flotaba, el viento acariciaba mi rostro y una melodía conocida arrullaba mis sueños, tranquilizandome. Mis manos acariciaron la superficie y sentí aquella piel, áspera al contacto pero muy cómoda para descansar. Abrí lentamento los ojos y como había imaginado, me encontraba volando sobre el lomo de Nelkhael. La tierra bajo nosotros empezaba a bañarse de un tono rojizo, el ocaso caía irreversiblemente.

Los grandes árboles, y digo grandes, porque eran inmensamente grandes. Mucho más altos y fornidos que los árboles del mundo real. Eran otro tipo de árboles, parecían mágicos, sus hojas brillaban con luz propia, como pequeñas luciérnagas a la espera de oscuridad para lucir sus esplendorosos cuerpos.

Aquellos árboles, se alzaban imponentes como dioses griegos, acariciando el cielo y bailando al ritmo insonoro de la brisa.


Volamos por encima de esos titanes de cuerpos versosos, pasando por senderos trazados entre el bosque. Y la silueta de Nelkhael se dibujaba cuando sobrevolabamos claros, cubiertos de hermosas flores.
En el horizonte se podían distinguir grandes picos de sombreros blancos, sus cuerpos rocosos se extendían a sus anchas, abriendose paso y dejando pasar ríos de agua cristalina entre sus faldas, refrescando sus pies.


La noche era inminente y empezaba a preocuparme. Nelkhael no me había dicho ni una palabra desde que desperté y eso no era habitual en él. Además volaba apresuradamente, como si quisiera escapar de la noche. ¿Noche?, nunca antes había volado por estas tierras de noche. Y a decir verdad, su apecto cambiaba cuando está envuelta en tinieblas.
Comenzaba a sentir temor y decidí preguntar.

-Nelkhael ... ¿hacia donde nos dirigimos?.-Pregunté tímidamente, arrastrando cada palabra y llenandolas de suavidad.

-No es momento para preguntas señorita. Pero para su tranquilidad, creo que le interesará saber que nuestro destino está próximo. No falta mucho para llegar, por favor tenga paciencia y no haga preguntas hasta que el momento llege.
Luego, Nelkhael agitó sus alas con fuerza, cortando el viento, volando más deprisa, haciendo que el viento golpeara mi rostro y revolviera mis cabellos.

Volamos por varios minutos, por momentos miraba hacia abajo con la esperanza de encontrar alguna luz. Pero todo estaba en oscuridad, ni un sonido se asomaba a mis oídos, sólo el silbido del viento que Nelkhael provocaba al agitar sus enormes alas. Cuando de improviso, mientras tenía la atención perdida en aquella oscuridad abrumadora, Nelkhael pronunció palabra.

-Hemos llegado señorita.-Dijo en tono grave.
Al escuchar esas palabras, miré unas cuantas veces hacia abajo. Pero todo seguía oscuro. Pero una pequeña luz blanquecina llamó mi atención, reflejandose en mis ojos.
Voltié y miré hacia el horizonte.


Continuará ...

domingo, 16 de mayo de 2010

Mi Dragón Mágico

DOLOR:
Nunca imaginé que la muerte iba a tocar la puerta de mi casa. Mucho menos que mi padre iba a ser vulnerado, penetrado en su brindado traje de acero.
Jamás imaginé que mi héroe podría ser asesinado.
Pero mi padre a muerto, y eso no puede ser cierto. Me niego a admitir la caída de mi Rey. Niego este momento, por que en este preciso momento debo estar soñando. Un sueño oscuro, aquellos sueños que me desagradan.
Aquel policía era un demonio. Un mensajero de la muerte, complice de esta situación.
Mamá no pudo evitar romper en llanto, cerró la puerta en las narices del oficial, impidiendo que las palabras sigan consumiendo su razón. Se acercó hacia mí, con sus ojos rojizos derramando tristeza.
Mi mente divagaba por los confines del mundo. Paseandose por los hombros cansados de Atlas, y cayendo hacia el Hades, sumergiendose en el Estigia, viajando entre las almas en pena de antiguos guerreros.
-Mily ...-Susurró mamá.
Dejando que su voz se quiebre con cada palabra. Rodeandome con sus brazos, recostandome en su pecho mientras acariciaba mis cabellos.-Todo estará bien.-Concluyó, y su voz se desgarró junto con sus sueños. Ese dolor me era desconocido. Un dolor ajeno a mi mundo.
Mi castillo había quedado sin su rey, y los bandidos empezaban a invadirlo, destruyendolo, poseyendo a sus mujeres y sentándose en el trono que mi padre había dejado disponible.
-Mami ... mami.-Acaricié las palabras al borde del dolor.
-¿Esto es un sueño, verdad?.-Pregunté con ilusión ... con esperanza.
Mamá no respondió. Estaba inmersa en su dolor, y ahora empezaba a creer en todo.
Me escondí entre los brazos de mi madre, ocultando mi rostro, sintiendo su calor. Ocultandome de los bandidos, esperando que la pesadilla termine. Ese día, compartimos el mismo dolor.
Continuará...

miércoles, 12 de mayo de 2010

Mi Dragón Mágico

SUEÑOS :
Por las noches, cuando papá y mamá duermen, un dragón visita mi cuarto. Me subo a su lomo y volamos por el pueblo, viajamos hacia una tierra
colorida. Una tierra de criaturas mágicas y hombres que luchan con ellas.
Mamá me arropa y con un beso en la frente se despide. No cierra la puerta de mi habitación porque la oscuridad me asusta. Cierro los ojos finjiendo dormir, espero a que mamá se marche para levantarme de la cama.
Camino hacia la ventana, la abro y contemplo ese cielo oscuro salpicado de estrellas, y me pregunto por qué esa oscuridad no me aterra. Miro el reloj, es medianoche, Nelkhael ya debería estar aquí. Y tengo razón, muy cerca de la luna se dibujaba una silueta pequeña, que iba creciendo conforme avanzaba, ondeando en movimientos ligeros, brillando con luz blanquecina, confundiendose con las estrellas, bailando con la brisa gélida de aquella noche, emitiendo un sonido dulce pero profundamente melancólico.

Un tintineo chilón, repetitivo, interrumpe mis sueños, abro los ojos, miro hacia la mesita de noche, y me doy cuenta que es el despertador quien me ha devuelto lo sentidos, lo apago mientras voy maldiciendo a la persona que iventó aquellos aparatos. Seguramente, obra de algún viejo cascarrabias con problemas de Somnolencia.

Mamá me llama desde el primer piso, es hora de levantarse, le respondo que ya voy. Me cambio de ropa y bajo las escaleras, como lo pensé, el desayuno ya está servido sobre la mesa. Doy las gracias, gracias por la comida obviamente, miro a mamá, ella me sonrié, este ambiente me vuelve loca, por alguna razón algo anda mal, tengo un mal presentimiento.

Alguien toca la puerta, pero no de la manera como uno toca la puerta cuando va a visitar a un vecino, este golpeteo, era fuerte y apresurado, cargado de malas noticias. Mamá abre, afuera se encuentra un policia. Miro la cara desencajada de mi madre y luego el rostro inexpresivo pero fingiendo dolor del policia. Como lo pensé, algo no anda bien.
Continuará ...

viernes, 7 de mayo de 2010

Amor ... ¿Qué es el amor?

Mi amor se desvaneció entre sus brazos. Se fué con el primer autobus hacia el cielo.
Mi amor murió una tarde fría, cuando las hojas amarillentas del otoño salen a buscar refugio. Y voló al cielo, tomó una estrella y se perdió en el infinito. Ahora, mi amor vive lejos, donde la brisa gélida arrastra el olor a mar y congela la piel, haciendo desear la calidez de un abrazo.
Mi amor es un recuerdo de tiempos felices, es un dolor creciente y los días son interminables dosis de llanto. A veces siento morir, y la verdad es que muero desde que te perdí. Es de noche amor, y aún espero por ti. Los días han pasado y tal vez no regreses, pero voy a creer que lo harás. Aún es de noche amor, y todo me recuerda a ti.


-¿Puedes oír mi voz?
Estoy susurrando las palabras que te agradan.
-¿Pues sentir mi piel?
Estoy acariciando tu mano.
-¿Puedes sentir como palpita mi corazón?
Tu piel está fría y no sé que hacer.
-¿Estas dormida?
Y la nieve cobija tu cuerpo ...
-¿Sueñas conmigo?
Y por eso tus ojos no quieren abrirse ...
-¿Donde estas?-¿Te encuentras bien?
Por favor ... prometiste acompañarme cada día, por el resto de mis días.
Y ahora, comprendo tu silencio ...
-¿Deseas que te haga compañía?
Bastará un disparo ... y el mundo se detendrá.
-¿Puedes verme?
Si lo haces ... dime como encontrarte.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Cherry Bomb

Marie, la chica de al lado. No sale de su casa a menos que el cielo oscuresca.
Marie ... cada noche conoce a un chico nuevo. Sus besos, cuentan los que la probaron, son como una bomba de cereza, dulce y explosiva.
Marie ... mantiene la luz de su habitación encendida toda la noche. Dicen que no es del todo normal, siempre viste de negro y su mirada es profunda como si atravesará el alma.
¡Marie!, hermosa pero tenebrosa, siempre cantando una misteriosa canción:

Déjame odiar la vida,
déjame tocar el fondo del infierno,
déjame soñar con fantasmas ...
quiero sentir el miedo a la muerte.
No existen razones, las memorias son borrosas,
estoy sola y perdida en mis pesadillas.
¡Déja que mi voz se escuche!
que se pierda y confunda con la oscuridad.
Mis sueños son oscuros y manchados de sangre,
mis sueños se hacen realidad al abrir los ojos ...

Chico lobo y Chico vampiro EPÍLOGO

Hoy Lima amaneció gris y sus nubes plomizas cubren el sol. Y bajo esa nostalgía, la ciudad permanece pacífica, guardando en el olvido los sucesos de los días pasados, como si un huracán hubiese arrasado con sus recuerdos.Caminan por las calles desiertas esquivando los automóviles y viviendo en un mundo que apenas conocen.

Yo espero a la noche, para confundirme con ella y así mantenerme en el olvido.

Caminando bajo la luz blanquecina de la luna e intentando purificar mis pecados. Conduciendo mi pálido cuerpo hacia un lugar mejor, tratando de no buscar venganza aunque la muerte de mis amigos lo ameriten. Pero es mejor, así la ciudad olvida que existen "los Oscuros" y "la batalla de La Luna Llena" pasan a ser solo un cuento de miedo en una noche de campamento entre la calidez de una fogata.

Ahora sigo un camino que apenas conosco ... un camino infinito, cargando con el dolor que conlleva perder lo único bueno de este mundo ... la compañia.
Y destinado a vivir indefinidamente con lo único malo de este mundo ... la soledad.