Image and video hosting by TinyPic

viernes, 27 de mayo de 2011

Sakura & Yukito

-Sakura... Sakura... ¿Me oyes?.

-Pareces como dormida. Pero... pero, yo sé... que no es así.

-Sakura... Sakura...

Recuerdo... que la lluvia caía sin tregua, como diminutos misiles... que golpeaban los cristales del auto. Peleábamos, tenía la vista fija en tus ojos... recuerdo... que derramaban lágrimas. Sólo... sólo me descuidé por un segundo. ¡Lo sé! ¡maldita sea!. No debí... no debí quitar la vista del camino.
Pero... ¿porqué?. ¡Diablos!... Sakura... ¡Te extraño!.

-Yukito...

-No papá... ¡NO!. Estaré aquí hasta que despierte...

-Pero...

-¡Pero nada!.

No recuerdo el motivo de nuestra pelea, y no quisiera recordar. ¡Maldigo aquél momento!... aquella fiesta... aquellos brindis... ¡Todo!. Ahora estas allí, como dormida. Esperando a que te despierte... soñando talves... ¿Sueñas Sakura?...

-¡¡SAKURA!!... ¡¡DESPIERTA!!.

-¡Señor, tranquilícese!... No puede seguir aquí si va continuar con esa actitud, debe calmarse.

-¿Calmarme me dice?... ¿usted se calmaría?... ¡¡RESPONDAME!!. ¿Usted guardaría la calma si vé todos los días a la mujer que ama al borde de la muerte?... ¡¡RESPONDA!!.

Recuerdo... cuando nos conocimos. Eras tan linda... que no supe como hablarte. Solo balbucé algunas palabras que ni yo mismo entendí pero... pero tu comprendiste, ¿verdad?. Fuimos al baile... ¿recuerdas?.
Fuí a recogerte a tu casa, salió tu padre con su mirada severa que me analizaba de pies a cabeza... yo lo recuerdo... ¿tu?. Luego bajaste por tus escaleras... yo abrí los ojos como platos... seguramente, muy similar a la de un sapo.
Pero tu eras la princesa... tu ibas a darme ese beso al final del baile, que me iba a convertir tal vez no en principe... pero si en tu compañero para toda la vida... vida... ¿eh?.

-Señor, por favor tenga la amabilidad de retirarse. Puede volver cuando se halla tranquilizado.

-¿Retirarme? ¡¡NI UNA MIERDA!!.

-Yukito... hijo...

-¡Déjame papá!... puedo caminar solo.

Recuerdos... ¿eh?. Pues... los recuerdos no sirven de nada ahora. Quiero tenerte entre mis brazos... quiero oír tu voz, quiero sentir el calor de tus mejillas cuando te doy un beso... ¡Dios!... por favor... por favor.

-¡Yukito!... ¡¡YUKITO!!.

-¿Qué pasó papá?... ¿Sakura se encuentra bien?, ¡no me asustes!.

-Mejor que eso hijo... quiere hablar contigo.

Recuerdo... que Yamada que dijo lo mismo: '' ¡Hey!... ¡Yukito!. Dice Azuki que le contó Sakura, que quiere hablar contigo".

-¡Sakura!... sakura... saku... sa... ¡Gracias a Dios!.

-Tranquilo amor, ahora todo va estar bien.

Como en aquél entonces... comprendiste, ¿verdad?. Supiste que iba a invitarte al baile de graduación... como ahora, supiste... que sólo necesitaba que alguien me dijera que todo iba a estar bien.

sábado, 14 de mayo de 2011

El Reino de la vida y la muerte: Maestros de espadas.

Prólogo:

Que el Emperador de Jade me perdone, si en este relato falto a la verdad. Y que caiga yo en batalla, si lo que os voy a relatar no honra el honor de los caídos en guerra.

Hace mucho, muchísimos años antes de la era de sus abuelos, tatarabuelos y demás ancestros que los predececieron. En una china devastada por las tempestades y la maldad, habitada por demonios e inmortales; encarnizados en una lucha sin fin. Existieron dos honorables guerreros;¿sus nombres?: Kun y Kong.
Pero antes, de ser reconocidos y respetados, como grandes maestros en las artes de las espadas. Tuvieron una historia; cargada de tristeza y valor. Pero que endurecieron sus corazones, para guiarlos después hacia el camino de alcanzar sus sueños.

Una niebla espesa se desplazaba por el campo de batalla. El viento era frío y nos golpeaba el rostro como queriéndose librar de nuestros impuros y repugnantes cuerpos endurecidos por las corazas como gigantes de los picos del norte y bañados en sangre como desalmados demonios.
Los últimos rayos de sol, iluminaban tenuemente las armaduras de los cuerpos caídos en batalla; algunos por flechas que atravesaron sus corazones, y otros desgarrados por el filo de las espadas.

-¡Mi señor Kun! ¡mi señor!. Alguien se acerca por el norte.-Advirtió Cheng, apuntando con su mano el lugar que deseaba que observara.

Cuando volví la mirada en dirección al punto que me indicaban, ví con claridad y temor; una silueta alta, corpulenta, acercarse a paso despreocupado en dirección nuestra.
Llevaba una gran espada colganda de la cintura. Y solo me bastó aquél objeto, para darme cuenta de quien se trataba.

miércoles, 11 de mayo de 2011

TOMMY y los juegos vampíricos

Como ser un vampiro y no morir en el intento. Parte Vl

Cuando Tommy abrió los ojos, lo primero que pensó fué que no estaba muerto. Eso le causó un bienestar enorme.
Pero cuando se percató en donde se encontraba, todo sus pensamientos anteriores le parecieron ridículos.

Se hallaba flotando en un espacio, semejante al infinito. Todo a su alrededor, estaba salpicado de colores, como pequeñas estrellas coloridas pintadas en una absoluta negrura.
No sentía ninguna brisa, pero sus ropas se arremolinaban, ondeando al ritmo de una corriente de aire que no provenía de ninguna parte.
Sus cabellos hacían lo mismo, y la cabeza ya no le dolía. Por el contrario, parecía ligera, como si todos sus pensamientos hubiesen sido extraídos, succionados por alguna aspirado para mentes problemáticas.
De pronto, los pequeños puntos de colores comenzaron a girar a gran velocidad, formando espirales. Ocultando rápidamente la oscuridad y en su lugar, dejando líneas de colores parecidas a un arco iris. Tommy sintió marearse y volvió a desmayarse.

En esta ocasión, cuando volvió a abrir los ojos. Todo el universo colorido que había conocido anteriormente, había desaparecido. En su lugar se extendía un gran pasadizo. De paredes lisas como el mármol, con una puerta blanca al final del camino.
Tommy dió un paso tímidamente y el suelo rugió, como si fuera de alguna madera muy vieja. Pero cuando miró hacia abajo, lo que vió no era madera, ni concreto. Simplemente no había nada. Se hallaba pisando un suelo que tampoco existía al igual que el viento del escenario anterior.
Volvió a oírse el rugido, pero esta vez Tommy no había movido ni un músculo.

Después de unos segundos, en los que comenzó a cavilar la posibilidad de peñizcarse para ver si estaba soñando. El ambiente se sumergió en un silencio incómodo y aterrador.
Pero cuando decidió inflingirse dolor, el rugido volvió a resonar en aquél pasadizo angosto. Provocando que la piel de tommy se erizara cual si fuera un cuerpoespín.

-¡Tiene que ser un sueño!-Dijo Tommy. Y lo dijo firmemente, como para darse valor.

-Y como es un sueño. Nada, absolutamente... nada, de lo que halla detrás de esa puerta, me puede dañar. -Afirmó el muchacho. Frunciendo el ceño y dándose un golpe de puño en el pecho.

El rugido resonó nuevamente, provocándo un largo eco en el pasadizo. Pero a Tommy ya no se le erizó la piel. No le temblaron las piernas ni las manos. Un brillo tenue adornaban sus ojos, sus facciones se relajaron, otorgándole un aspecto de paz a su pálido rostro.

-Vamos a ver que esconde este lugar.-Dijo con convicción. Mientras azomaba una sonrisa irónica en su rostro.

Volvió a dar otro paso, e inmediatamente se vió frente a la puerta. No se sorprendió de la velocidad en la que se había movido.
Puso su mano derecha sobre la perilla dorada, la giró sin dudar y terminó por empujar la puerta.
Una luz blanquecina le calló de lleno en la cara, pero no lo cegó.

Lo que presenció a continuación, disipó la tranquilidad que había obtenido hasta ese momento.
Había sillas de oficina, estanterías, y una larga mesa, ubicada en medio del cuarto.
Pero lo que se hallaba en una ezquina, encogida como un primate en el suelo. Lo sacó de su tranquilidad y de inmediato le envargó un miedo absoluto.

Una criatura horroroza, de piel lisa y arrugada. Con los huesos de la espalda casi a la vista. Sobresaliendo, como si fueran a romper su piel sin vellos.
Emitía un gruñido profundo, como la de una fiera, cuando se siente amenazada. Masticaba algo que sujetaba entre sus garras.

Tommy vió al instante, como un charco de sangre se deslizaba por las pezuñas de la criatura, y no pudo evitar aterrorizarse, cuando la bestia comenzó a olfetear el ambiente, encontrándose con el aroma del miedo, su favorito.
De inmeadiato volteó y dejó al descubierto su cabeza deforme. Con ojos pequeños como los de un reptil, que brillaron amenazantes.
Entre sus mandíbulas anchas y fuertes, como las de un pitbull. Se deslizaban chorros de sangre, que impactaban contra el suelo.
Sus ojos amarillos brillaron con intensidad al encontrarse con la mirada llena de terror de Tommy.
Soltó lo que tenía entre sus garras, que a simple vista, parecía un brazo humano. Se agazapó de inmediato, adoptando una posición de ataque. Sus pezuñas traseras comenzaron a moverse inquietas, mientras Tommy se moría de terror. Estaba seguro, por primera vez en su vida que iba a morir y que su muerte iba ser lenta y dolorosa.

La criatura brincó con fuerza, e impacto duramente con el cuerpo de Tommy. Lo inmolizó con sus fuertes patas, y se disponía a llevar su gran mandíbula a buen recaudo.
Pero en ese instante, Tommy escuchó una voz que le susurraba, que despertara.

Tommy... Tommy... tio, no me asustes...

El sol empezaba a caer, cuando Héctor encontró a su amigo tendido en el pavimento. Pero para consuelo del mismo, a los pocos minutos de encontrarlo tendido como si estuviese muerto, despertó.

Al principio para variar, Tommy pensó que esta vez si la había palmado. Y esperaba ir al paraíso, donde disfrutaría de una vida esplendorosa, según lo que había leído en la biblia.
Pero conforme su mente iba despavilando, dejándo entrar en sus pulmones aire fresco. Que lo ayudaba a tranquilizar los nervios que la pesadilla había provocado en él.
Se percató en pocos segundos, que se encontraba vivito y coleando, bueno, tendido en el suelo.

-¿Qué pasó?.-Preguntó desorientado.
Mientras abría lentamente los ojos. Encontrando los de Héctor, muy abiertos y dilatados.

-¡Por el amor de Dios! ¡Tio!-Vociferó Héctor. Dibujando una sonrisa en su rostro..-Me acabas de pegar un susto enorme. Pensé que la habías palmado, y yo que solo he visto muertos en las pelis. Y esta avenida... que está bien... desierta. ¡Ni una persona cuando se necesita!.

-Vale tio.-Dijo Tommy. Interrumpiendo el monólogo histérico de su amigo. Mientras iba incorporándose del suelo, primero sobre los cuartos traseros y después, ya de pie.

-¿Seguro que te encuentras bien? ¿No quieres que te acompañe a ver al doctor?-Sugirió Héctor. Mirando fijamente a su compañero.

Tommy no recordaba haber asegurado, que se hallaba bien. Pero atribuyó esa idea a la desesperación de su amigo.

-Estoy bien.-Dijo en tono relajado.-Un poco mareado nada de que preocuparse.

Mientras caminaban hacia la casa de Tommy, Héctor no dejó de observarlo durante todo el trayecto.
Cuando ya se encontraron frente a la casa, Héctor se despidió y le recordó a su amigo que podía llamarlo si necesitaba algo.
Pero cuando hubo dado dos pasos, dió media vuelta y volvió a preguntar sobre el estado de salud de su amigo. Al obtener un "-Todo esta bien" por parte de Tommy. Se marchó, lentamente, como si aguardara a que Tommy lo llamara.

Cuando Tommy cerró la puerta de su habitación a sus espaldas, todo el peso del cansancio, desplomó su cuerpo en un profundo sueño.
Ni siquiera se percató de la presencia de Teddy, ni en sus cosas , ni en la vida misma. Se dejó abrazar por Morfeo hacia un mundo transparente.
No tuvo sueños, y cuando despertó empezó a caminar como un zombie por su casa, hasta que calló la noche y volvió a domir como un bebé, sin pesadillas, ni preocupaciones.

Continuará...

lunes, 2 de mayo de 2011

TOMMY y los juegos vampíricos

Como ser un vampiro y no morir en el intento. Parte V

Los primeros rayos de sol, se filtraban por la ventana en delgados ases de luz. Provocando que tommy despertara. Era hora de ir al colegio y tenía que apresurarse si no quería pasar una hora haciendo lagartijas frente a todo el colegio, mientras su profesor de educacón física se regocijaba viéndolo sufrir.

A mitad del camino, se encontró con Héctor. Mientras caminaban con prisa, su compañero de mediana estatura, bien uniformado y peinado hacia un costado, le iba relatando como era costumbre, las nuevas historias de su avenida.

Luego cambió el tema hacia los videojuegos y terminó su relato con un rumor erótico."-alguien vió a Mary Gómez por la ventana de su habitación". "-Y adivina... sólo llevaba lencería".

A este comentario, le siguió una serie de risitas muy habitual en Héctor cuando se ponía nervioso.
Cuando ya se encontraban a pocos metros de su centro educativo. Tommy divisó a una multitud de alumnos fuera del colegio.

-¿Qué demonios pasa allí?-Preguntó, sorprendido.

-No creo que hallan llegado tarde. Apenas son las diez para las ocho.-Agregó Héctor, consultando su reloj.

-Claro que no. Me parece que es algo más gordo, ¡vamos!. -Dijo apresuradamente.

Y salió corriendo, dejando resagado a su amigo. Se abrió paso entre la multitud y le sorprendió lo que vió a continuación.

Un dibujo quedaba impreso en el muro frontal del colegio, al lado de la puerta principal. No estaba pintado con ninguna clase de pintura, más bien parecía tallado, esculpido en el cemento pero con mucha presición para haber sido hecha con alguna herramienta común.

Acontinuación el director del no tan prestigioso colegio secundario Virgen de Fátima. Salió de la puerta principal y se dispuso frente a la multitud de alumnos, que lo observaban con ojos de oso perezoso.

-¡Hoy!-Dijo en tono serio, frunciendo el ceño y moviendo la cara para los costados, como reprochando a cada alumno.-Nuestro centro educativo Virgen de Fátima, se ha visto violentado, como es obvio, por una pandilla de desadaptados.-Sentenció apesadumbrado, juntando sus dedos para formar un puño que agitaba lentamente.

Luego, se aclaró la garganta con un poco de agua que llevaba en un vaso que sostenía con la otra mano, que parecía temblar por momentos.

-Y debido a este imperdonable acto vandálico-Continuó.-He decidido apropiado, que este día se tome como un día de reflexión a este penoso incidente. Por lo tanto, pueden volver a sus hogares... jóvenes y, porfavor... eviten comentarios absurdos sobre el tema.-Concluyó, cabizbajo.

Dió media vuelta y acto seguido entregó el vaso con agua a su secretaria... miss Juana(se rumoreaba que compartían una tormentosa relación).

Por la avenida lateral del colegio, comenzaron a oírse varias sirenas. A los pocos minutos, la calzada fué invadida por una decena de autos policiales.

El valle del sol, era un poblado ubicado a ochocientos cincuenta metros sobre el nivel del mar. Quedaba muy lejos de la capital, pero a pesar de eso era un poblado pacífico, al igual que sus habitantes, que no sobrepasaban las cuatro mil personas.

A pesar de eso, el valle no era ajeno a los cambios que mostraba el mundo. Asesinatos, secuestros, descontrol y desesperación. Eran acontecimientos que abrumaban como una niebla oscura, llena de maldad.

Tommy no relacionaba el símbolo impreso en el muro, como una consecuencia del desorden que habitada en el mundo. Tal vez no tenía que ver explícitamente con pandilleros, tal vez era algo más gordo.
Ya que los únicos bándalos del pueblo eran los miembros del grupo Destroyer, quiénes no se atreverían a semejante proeza. Era un grupo reducido de cinco miembros, que fumaban en las exquinas y se golpeaban aleatoriamente con diferentes bandas, igualmente patéticas.

Muy en el fondo, sentía cierta familiaridad con respecto al grabado. Una especie de dejavú comenzó a oprimir su pecho con fuerza. Sintió ganas de acercarse y tocarlo, porque no podía negarse a la inexplicable atracción que lo jalaba como una especie de imán.

Pero para suerte suya, Héctor le puso una mano en el hombro y disipó aquella niebla que comenzaba a nublar sus pensamientos.

-¿Qué dijo Olmedo?-Preguntó con interés. Al ver al director entrar en el colegio.

-Según él, algunos pandilleros hicieron esa marca.-Respondió Tommy, con la mirada gacha.

-¿Y?-Dijo despreocupado, al tiempo que daba una mordida al sandwinch que llevaba en la mano.


-Por eso, dió día libre.

-¡Aleluya!-Celebró, alzando las manos, provocando que le cayeran algunas papas fritas en la cara.-Vamos por Donan.-Mencionó, animado.

Los alumnos que se habían algomerado en las afueras del colegio, presenciando estupefactos el símbolo impreso por quién sabe que desadaptado y, escuchando muy aburridos el discurso de su director. Iban marchándose, cada uno por su lado.

-Vé tu mejor, me duele un poco la cabeza.-Respondió Tommy.

-Bueno, tu te lo pierdes. ¡Hablamos!.-Dijo Héctor, para luego perderse entre la multitud.

Mientras Tommy iba de regreso a casa, no podía frenar el mar de ideas que nuevamente comenzaron a abrumar su mente.
Por alguna razón. Cavilaba argumentos con respecto al símbolo en el colegio. Aunque no lograba entender con exactitud cuál era su significado, sentía que lo conocía, que era algo cercano a él, pero ¿Qué era?.Eso, no lo podía decir con seguridad.

Una y otra vez se dibujaba en su mente aquella imagen, un escudo de extremos redondeados, y en medio un murciélago con las mandíbulas abiertas.
Lo pensó y re-pensó, analizó, recordó y volvió nuevamente a pensar. Pero aseguraba que no lo había visto, aunque su mente le dijera todo lo contrario.

Sus pasos se hacían pesados conforme avanzaba. Sintió un agotamiento tremendo que comenzaba a nublarle la vista.
Su ser se hallaba imerso en un mar de pensamientos, que lo atacaban como meteoritos a cada minuto.
De pronto, sintió que su cuerpo se volvía de plomo. Le pesaba cada extremidad de su cuerpo y decidió que ya no podía dar un paso más. Se desplomó lentamente, por unos segundos tuvo la sensación de estar flotando pero luego impactó duramente contra el pavimento, haciéndole perder el conocimiento, mientras sus párpados se cerraban automáticamente, sumergiéndolo en una oscuridad absoluta.

Continuará...