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lunes, 20 de diciembre de 2010

UN AMOR DE INVIERNO

Abrazas los sueños y no los dejas ir.
Sonries hasta en los peores momentos.
Digo: "Todo estará bien" y me crees. Pero tengo miedo, no quiero defraudarte.

Deslizas tu frágil cuerpo sobre el hielo. Con esos patines blancos que tanto adoras, dibujas figuras y danzas al ritmo de la música, olvidándote del mundo.

Lloras cuando ganas y cuando no, lloras de la misma forma.
El tiempo te es ajeno, disfrutas cada segundo que pasa por tu vida.
No dices mucho, y lo poco que logras decir, llena de amor mis días.
Te cubro de la nive, mientras te encoges entre mis brazos, ocultando tu rostro de la brisa gélida.

Me despiertas con un beso, me preparas el desayuno, me dices: "Te amo" y cada vez me enamorado más de ti.

Te veo dormir cada noche. Y Siempre temo perderte al amanecer.

jueves, 16 de diciembre de 2010

TOMMY y los juegos vampíricos

Como ser un vampiro y no morir en el intento. Parte lll

Héctor llevaba más de una hora esperando a Tommy. Fuera del colegio el tiempo era gris. Una brisa gélida se paseaba en la calles y Héctor, quien no tenía casaca a la mano, empezaba a tiritar.

Pasó una hora más. Héctor tenía las manos congeladas y comenzó a preocuparse.

Para ir a los lavados su compañero ya estaba retrasado. Pero no quizo aventurarse a entrar en la escuela. Era una regla irrompible, "Cuando suena el timbre de salida, se olvidaban por completo del colegio".

Unos minutos después, cuando por la cabeza de Héctor asomaba la idea de irse y dejar a su amigo. Tommy apareció de pronto en el umbral del portón de salida. Comenzó a descender los escalones y Héctor no pudo evitar abrir los ojos como platos.

Tommy tenía el uniforme mojado, desde la camisa blanca(que ahora estaba marrón), hasta los zapatos negros.

Entre sus cabellos tenía pedacitos de papel higiénico y adornando su rostro albino, un gran moretón en el ojo izquierdo(Que empezaba a tornarse negro).

-¿Qué rayos te pasó?-Quizo saber Héctor.

-José y Jhon-Murmuró Tommy, Sin ánimos. Mientras se sacudía los pedacitos de papel que caían como bombas de su cabello negro.

-Tom... apestas-Dijo Héctor, cautelosamente.

Mientras comenzaban a alejarse de la escuela. Que se ocultaba en las sombras de la tarde, mientras sus pasadizos se llenaban de silencio y de una serie de mitos alrededor de ella.

"Un profesor, hace mucho tiempos atrás. Cuando los castigos físicos eran algo común en las aulas. Enloqueció y asesinó a veinte alumnos. A los que enterró en algún lugar del colegio. Él desapareció para siempre, al igual que los restos de los jóvenes.
El conserje Charles, asegura haber visto pequeños niños uniformados correr por los pasadizos reclamando que tocaran el timbre de salida.
A raíz de esta afirmación, la historia se volvió muy popular entre el alumnado. Pero ese era un mito que Tommy no quería rebelar... por el momento no".

-Lo sé...-Respondió Tommy, secamente. Sumergiéndose en sus pensamientos. Mientras una sombra profunda, crecía entorno a sus ojos.

Carlos y Flor. Los padres de Tommy. Siempre estaban ocupados con sus trabajos. El poco tiempo libre que tenían lo empleaban para descansar.

Pero esa tarde, para sorpresa de Tommy. Sus queridos padres se encontraban platicando sentados en la sala de su hogar. Sin computadoras portátiles, ni cerros de papeles a la vista. Hasta habían olvidado ponerse sus anteojos.

-Hola pa'... Hola ma'-Saludó Tommy.
Comenzó a subir las escaleras que lo conducían a su habitación. Como debía ser su rutina diaria.

Pero no imaginó que su padre no le iba dar su habitual "hola hijo".

-Un momento Tomás. Queremos hablar contigo -Dijo su padre, interrumpiendo su conversación con su esposa y levantándose del sofá para encontrarse con su hijo.

Tommy no podía salir de su asombro. Que sus padres quisieran hablar con él le resultaba completamente extraño.

A penas y recordaba el timbre de voz de sus progenitores. La última vez que le dirigieron la palabra. Fué para hablarle sobre las consecuencias del sexo y sus precauciones, cosa que Tommy ya sabía gracias al internet.
Así que se quedó inmovil y esperó las palabras de su papá.

-Hijo... Tu madre y yo hemos decidido dejar a un lado nuestros trabajos para estar más tiempo contigo.

Tommy se quedó mudo. Mirando los ojos de su padre.

-¿Qué te parece la idea cariño?-Preguntó Flor. Acercándose a su hijo.

Ahora Tommy miraba a su madre. Igual de mudo.

Después de unos minutos cavilando la idea de que sus padres tal vez habían enloquecido, respondió:

-Bien...-digo... es una estupenda idea-Sentenció Tommy. Sin poder explicar lo que oía. ¿viaje?-¿tiempo conmigo?.-(Estos seres no son mis padres)-Pensó.

Carlos y Flor, se observaron sonrientes. Luego se dieron un largo abrazo como celebrando una gran proeza. Finalmente el papá de Tommy dijo:

-Perfecto. Dentro de un mes salimos de viaje-Sentenció. Con una voz firme que Tommy había olvidado hacía años.

Aún procesando la noticia logró decir un tímido "de acuerdo" y se dirigió a su habitación, subiendo las escaleras. Pensando que todo era un sueño.

Teddy se hallaba sentado en la cama de Tommy, cuando este abrió la puerta y entró.
El pequeño oso de peluche fijó inmediatamente su mirada en su nuevo amigo(En la ausencia de Tommy, Teddy había conocido la colección de peluches obsequiados cada año para su cumpleaños).

Tommy dejó caer su mochila, derribando una pila de revistas que tenía en el suelo. Dió unos pasos y se tendió de espaldas sobre la cama, haciendo saltar unos centímetros a Teddy.

-Lo siento-Dijo Tommy. Percatándose de lo que había provocado.

-No hay problema-Respondió Teddy.
Poniéndose en pie. Sostenido por sus dos patitas de algodón. Luego caminó agilmente, se colocó sobre el pecho de Tommy y dirigió sus pequeños ojitos inexpresivos hacia los de su amigo.

Tommy sostuvo su mirada y para él no eran nada inexpresivos. Por el contrario, los vió llenos de curiosidad.

-Creo que mis padres se han vuelto locos -Comentó Tommy.
Suponiendo que su pequeño amigo ya estaba enterado de lo sucedido. Pero lo que Tommy desconocía era que si lo sabía, era como si el pequeño peluche le leyera los pensamientos.

-¿Eso es malo? -Preguntó Teddy. En tono ingenuo, moviendo su redonda cabeza hacia un costado.

-No es que estén locos. Solo me parece muy extraño que de un momento a otro hayan dejado sus trabajos para irse de viaje conmigo. No logro entenderlo, es una locura.

-¿Cuando viajan? -Quizo saber teddy. Ignorando el argumento de su amigo.

-En un mes -Respondió tommy. Ofendido por el poco interés que mostraba su amigo de felpa.

El pequeño oso de peluche alzó la mirada y la fijó en un punto ciego. Como perdiéndose en alguna dimensión desconocida. La luz rojiza de aquella tarde, entraba por la ventana iluminando sus diminutas hebras marrones, haciéndolas brillar tenuemente.

Continuará...

sábado, 11 de diciembre de 2010

Semi-Dioses : Destino # 2

El hijo de Poseidón.


En el cielo las bacanales se celebraban casi a diario. Ya sea por el nombramiento de algún dios menor o simplemente por festejar.
En la tierra la algarabía no era menor. Los mortales se encerraban largas horas en las tabernas a beber hasta embriagar sus corazones valerosos y, no dormían hasta llevarse una mujer a la cama.

Cielo y tierra, unidos por una orgía de placeres y éxtasis. Llenaban el ambiente de notas musicales. A veces dulces y otras enérgicas. Em ambos casos, cantadas a todo pulmón.
Recitando versos de batallas contra criaturas monstruosas y de héroes muertos en batalla.
Alzaban sus copas a la tenue luz de las antorchas y recitaban plegarias para sus dioses.

Las constelaciones, brillantes en el infinito, unidas por la noche. Depositaban su atención en aquellos seres descarriados.
Pero aún más brillantes y esplendorosos que las estrellas, se alzaban los dioses. Regocijándose en su morada, disfrutando burlonamente del espectáculo. Deleitando sus oídos con las más dulces notas del músico más talentoso, llenando sus copas de reluciente oro y sus estómagos de la divina ambrosía.

Muy distante de aquél desenfreno de pasiones, oculta por la noche, se encontraban los mares.
Disfrutando de su paz habitual, con su ir y venir de olas, murmurando canciones en una lengua muy antigua, pero igualmente relajante.
Atrayéndonos hacia sus profundidades, donde la oscuridad es eterna. Y en el fondo de ese reino, guiado por las corrientes adecuadas. Podemos ubicar el palacio de Poseidón. Dios de ríos, mares y océanos. Hermano de Zeus y Hades. Quien oculta entre sus dominios, su más preciado secreto.

En una torre muy antigua, contruída de granito, reforzada por el poder de los dioses. Se encontraba, encerrado en una celda, confundiéndose entre las sombras, un joven.
Con la cabeza gacha, oculta entre sus piernas, que a la vez estaban sostenidas por gruesas cadenas adheridas a la pared musgosa, en la cual recostaba su espalda.
Sus ropas estaban hechas trizas y no por haber combatido con algún monstruo marino. Si no por el paso de los años.
Su piel relucía de entre la oscuridad, como una seda blanquecina, pero ensuciada con la mugre del lugar. Una pequeña habitación de rocas enormes, con musgo y corales creciendo en todas partes. Desprendiendo un aroma marino, mezcla de algas y peces. Unos barrotes gruesos y oxidados cubrían la única entrada de lo que era por largos años, su prisión.

-¿Cómo se siente hoy?.-Preguntó la Nereida. En tono dulce. Acariciando las palabras.
Sólo obtuvo un largo silencio como respuesta.

-Creo que sin ganas de hablar.-Continuó. Como si no hubieses existido ninguna pausa.

-Aunque hice un largo viaje solo para hablar con usted... pero si no quiere...

-¿Creen que no los oigo?-Preguntó el joven. Alzando la mirada, dejando relucir sus ojos profundos, de un color verde oscuro. Cortando el comentario de su visitante.

-No logro comprender, joven Neró. Aveces dice cada frase sin la mínima...

-Los oigo Delfíni. Cada noche. Regocijándose, celebrando, riéndo a carcajadas. Como si hubiese una razón para hacerlo.-Protestó Neró. Frunciendo el ceño y mirando fijamente a Delfíni, con sus ojos verdes que ahora brillaban de un color esmeralda. Evitando que termine su frase por segunda vez.

-Ellos no tienen esa inten...

-Claro que la tienen. Ellos me encerraron. Mi propio padre me envió al exilio cuando aún era un bebé.-Protestó furioso.
De pronto su celda comezó a temblar, las rocas desprendían pequeños pedazos de granito. Pero no era sólo su celda, toda la torre retumbaba, amenazando con derrumbarse.

-Tranquilicese joven Neró.-Sugirió Delfíni. En tono suplicante. Mirando al joven directamente a los ojos.

La celda cezó de retumbar y la Nereida pudo tragar saliba.

-No es justo.-Se lamentó el joven. Sumergiendo su voz en melancolía e intentándo aplacar su ira.

-A veces los dioses no son justos joven Neró.-Comentó la Nereida. Sosteniendo los barrotes con sus manos transparentes. Dibujando una sonrisa en su rostro dotado de una belleza anhelante. De inmediato comenzó a susurrar un cántico dulce, conmovedor, lleno de nostalgia. Pero sólo Neró pudo oír los versos.

- A veces me arrepiento de ser hijo de Poseidón.-Se lamentó.
Ocultando nuevamente su rostro, mientras las sombras lo envovían nuevamente en su prisión. Consolado solamente por la canción de Delfíni.

Muy arriba. En la superficie. Se escuchó un estallido ensordecedor. Alquien, había hecho enojar al señor de los cielos, Zeus.

Continuará...

jueves, 9 de diciembre de 2010

TOMMY y los juegos vampíricos

Como ser un vampiro y no morir en el intento. Parte ll

-¡Despierta de una maldita vez!-Gritó a todo pulmón.


Su amigo Héctor que intentaba despertarlo, se encogió en su asiento con una expresión en su rostro como cuando quien rompe un jarrón y le dice a sus padres "Yo no fuí".

Tommy abrió los ojos, sobresaltado, con la respiración acelerada. Al instante, se percató que todo había sido un mal sueño, y que toda su clase lo miraba.
Luego de una pausa que le pareció interminable, sus compañeros rompieron en carcajadas y cuchicheos como: " Si que es raro", "Que idiota", "Es un fenómeno".
Comentarios a los que Tommy estaba acostumbrado.

-Silencio...alumnos.
Siguieron las carcajadas.

-¡Silencio, o se quedarán sin recreo!-Vociferó la insoportable profesora Martha.
El aula se llenó de un silencio habitual en la clase de historia, como si estuviesen presentes en un velatorio.

Silencio y están castigados eran las palabras favoritas de la profesora de cuarenta años. Con anteojos de la espesura de culo de botella, que hacían ver dos pequeños ojitos de cerdo. Sumando sus proporciones corporales, que eran circulares, aquellos ojos le iban bien.
Era la única maestra en dejar más tarea de la habitual, y la última en irse del salón. Siempre les quitaba la mitad del recreo.
Aquella cerdita de impecable moño detrás de la nuca, de tacones bajos y falda baja y que ponía notas más bajas aún. Dirigió sus pequeños ojos de canica al escandaloso Tommy. "Dios perdona el pecado pero no el escándalo" Solía decir con su voz chillona y, con esa misma voz de urraca dijo:

-Tomás Sánchez, póngase de pie.
Tommy obedeció sin chistar. Aunque hubiese preferido que se lo coman los zombies.

-¿A qué se debe ese vocabulario en mi clase... alumno?-Preguntó la rechoncha maestra.

-Ehmm... uhmmm... bueno...-Balbuceó Tommy. Sin poder articular ni una frase.

-¿Disculpe?-Preguntó la mamá de los cerditos. Y luego añadió en tono irónico -Vocalice bien y enderece esa joroba.

Lo que provocó risitas casi inaudibles entre sus malvados compañeros. Miss Martha las ignoró, sólo para provocar humillación en Tommy.

-Lo que sucedió fué que tuve... una pesadilla.-Dijo Tommy. Armándose de valor para que las palabras le salgan lo más claras posibles.

La maestra lo observó desde detrás de sus enormes anteojos de marco anticuado, y con un "ya veo", sentenció lo que era inevitable.

-Se quedan sin recreo...
Al oír estas palabras los alumnos se vieron obligados por instinto a reclamar. Y el reclamo habitual en la clase 2-B en las circunstancias de opresión, consistía en una serie de silvidos a todo pulmón, acompañados de abucheos, comparados a una manada de becerros.
Claro, no sin antes ocultarse detrás del compañero que tenían delante. Los de la primera fila siempre eran los perjudicados.

-¡Silencio!-Vociferó nuevamente la corpulenta profesora. Acomodándose los anteojos con sus dos rechonchos dedos.
El aula volvió a quedar en un silencio sepulcral. Como era habitual. Era como si la maestra tuviera magia en esa palabra, si decía silencio, silencio era lo que debía obtener.

-Analizando su comportamiento, me parece que tienen deseos de continuar mi clase por muchos recreos en todo el año.-Amenazó firmemente en tono tétrico. Sólo le faltó la risita de bruja de dibujos animados.

-No tendrán recreo hasta nuevo aviso y, no quiero oír sus berrinches.-Sentenció con autoridad la maestra.
Los alumnos no se atrevieron a proceder con sus reclamos, por miedo a que dejara más tarea de la que podrían soportar. Se quedaron en silencio, acomodados en sus pupitres, con los ojos llenos de impotencia.

-Volviendo con usted, señor Sánchez. Le daré unos minutos para que duerma, pero eso será cuando terminé mi clase. Ahora, preste atención. Quiero que me diga los nombres de todos los incas que he mencionado anteriormente.

Tommy no tenía ni la mínima idea de cuales eran, porque se había quedado dormido y tampoco esperaba dormir luego. Después de las miradas asesinas que le lanzaban José y Jhon, los primeros puestos de la clase de atletismo.

Dió un vistazo rápido a su amigo Héctor, como pidiendole ayuda. Pero este aún no salía del shock que se llevó a causa del grito de Tommy.

-Estoy esperando alumno.-Dijo irónicamente la bola de grasa con anteojos.
Mientras blandía su lapicero rojo como su arma de guerra.

Tommy volvió a ver a su amigo que empezó a buscar entre los papeles que tenía sobre su pupitre, mientras lograba escoger una lámina con los doce incas, que deslizó hacia la esquina de su pupitre, para que Tommy pudiera ver.

-uhmm... Manco... Capac.-Logró decir justo a tiempo. Evitando que la profesora escribiera en la libreta.

-Continue...-Dijo la maestra, con los ojos llenos de sorpresa.

-Ehmm... Sinchi... Roca.-Volvió a decir Tommy, acertándo nuevamente en su respuesta.

Así empezo a decir los nombres de cada inca. Dejando a su maestra estupefacta.
Tommy se llenó de alegría y hasta sintió que ese día no iba a ser del todo malo. Hasta que llegó al último inca, al cuál no distinguía bien.
A penas podía leer las letras, así que se aventuró a leer, mientras pensaba en su triunfo.

-Ja... Jam... James Bond.-Dijo finalmente.
(¿James Bond?-Mierda)-Maldijo mentalmente.

-Lo imaginaba.-Dijo Miss Martha triunfalmente. Y prosiguió a escribir con su lapicero rojo en la libreta. Dibujando claramente dos ceros.
Mientras las risitas aumentaron su intensidad y las miradas asesinas de José y Jhon no disminuyeron.

Sonó el timbre que anunciaba el recreo, y como era obvio, ellos no saldrían.

Continuará...

domingo, 5 de diciembre de 2010

TOMMY y los juegos vampíricos

Como ser un vampiro y no morir en el intento. Parte I

-Tommy... Tommy -¡Hey tio, levanta!.

Tommy aún soñaba con su nuevo amigo, que para variar era de algodón. Pero tenía vida y no lo rechaza. Eso, era suficiente. Bueno, para alguien que ha vivido los últimos dieciseís años como un looser, es un tremendo progreso.

Corría por la calzada. Pero no sabía de quién o de qué. Simplemente corría con la mayor rapidéz que le podían permitir sus delgadas piernas de pollo. Era de noche, una noche sin luna ni estrellas y, mientras avanzaba lo poco que alcanzaba a ver eran cadáveres.

Quienes alguna vez fueron sus vecinos, yacían inertes en los jardínes de sus casas, machucando el césped y alguna que otra flor. Sus gnomos de cerámica precenciaban los cuerpos inmóviles pero pronunciaban cánticos en una lengua que Tommy no conocía(sus sospechas sobre los gnomos eran ciertas).
La mayoría de los cuerpos tenían una mordedura en el cuello, de donde brotaba sangre en pequeños hilos. Sus rostros conservaban los últimos segundos de sus vidas, una expresión de terrible desesperación, como si aún después de muertos tratasen de aferrarse a la vida.

Tommy no entendía nada, no quería entender. Ignoraba por completo lo que estaba sucediendo. Sólo sabía que tenía que correr, a cualquier lugar, pero lejos de... ¿de?.
No sabía de que podrñía huír con semejante prisa y porqué.

De pronto sintió algo tibio deslizarse por las comisuras de sus labios y, al llevarse los dedos a la boca, tocando aquél líquido cálido, su cuerpo se llenó de un miedo que jamás había experimentado. Sus manos empezaron a temblar, dejando caer una gota del líquido que tenía en los dedos. Al contraste de aquella noche sin luz, la gota de sangre bañó su alrededor de un rojo absoluto.

Los cadáveres que se encontraban tirados en los jardínes empezaron a levantarse torpemente. Tommy vió con terror como esos seres sin vida se ponían de pie e iban tras él, alentados por los cánticos misteriosos de los pequeños gnomos. Iban tras el muchacho con ensordecedores lamentos(una mezcla de Tommy con ¡uahhhuahhh!).

Sus piernas empezaron a flaquear y el miedo se apoderaba de sus pensamientos. Ahora no sólo huía de la cosa desconocida que lo perseguía, si no que tená a un centenar de zombies tocándole los talones. Por muy aterrado que se encontrara, Tommy no pudo evitar recordar las pelis de terror que le gustaba ver. En especial la de muertos vivientes y, eso sumado a la situación que vivía le pareció graciosa(lamentó que entre sus perseguidores no hubiese alguna muchacha desnuda, por lo menos en lencería).

Tommy sintió levitar por la velocidad con que iba y sus perseguidores parecían atletas, corrían a pocos metros de él (no tienen nada que ver con los zombies de las pelis)-Pensó tommy.
De pronto un ¡Crac!, seguido de un ¡Pum! y se vió derribado delante de un charco(puta piedra)-Maldijo.
Levató la vista y se vió por primera vez reflejado en el líquido.

Lo que vió debía ser un error, no era él, bueno no podía ser Tommy. El chico perdedor, al que hasta los nerds molestaban, no cabía en la descrición del joven reflejado en el charco. Era inaceptable, increíble.

Tommy sintió derrepente que varias mans lo sostenían de las piernas y lo arrastraban hacia la multitud de zombies mientras gritaba y rogaba que lo soltaran. Pero eso no evitó que empezaran a morderlo, llevándose a la boca pedazos de su carne.

El muchacho gritaba con la poca energía que le quedaba, mientras sus ojos iban cerrándose lentamente, derramando lágrimas de dolor y sufrimiento, rogando que todo fuera una pesadilla y que despertara de una maldita vez.
Pero no era una pesadilla... aún no lo era.


-Tommy... Tommy.¡Hey tio, levanta!.
Y lo que sucedió después fué que Tommy despertó, pero mejor si no lo hubiese hecho.

Continuará...

sábado, 4 de diciembre de 2010

TOMMY y los juegos vampíricos

El talismán.

Tommy tenía un talismán, no un talismán de juguete, si no uno real. De los que conceden magia al que lo porta y, tommy que era muy solitario, decidió dar vida al único objeto valioso para él.
Su oso de peluche "Teddy".

Teddy era el único amigo que Tommy podía hacer, a parte de Héctor que más que un amigo era un buen compañero de clases. Ya que, Tommy siendo un niño diferente a los que se acostumbra ver jugando en los parques, no era muy popular en su escuela.


Lo llamaban el Vampiro. Por sus ropas negras y con parches de grupos de rock pesado, sus cabellos alborotados daban la impresión que no se peinaba o que no había aprendido esa modalidad. Además de tener la piel pálida, blanca como la nieve, en la que relucían sus oscuras ojeras. Producto de muchas noches en vela, pensando que tal vez sea un legítimo vampiro como aseguraban sus compañeros de clase y que sus padres a los que casi no veía, se lo habían ocultado.
Aunque cabe la posibilidad que aguarden la mayoría de edad de su primogénito para contárselo. Cosa totalmente absurda.

Cuando Teddy fué alterado por la magia del talismán, empezó a caminar en dos patas. En sus dos patitas rellenas de algodón que las movía una tras otra, a ritmo lento, sibujando curvas imaginarias en el suelo, mientras aprendía a andar.
Luego de dominar completamente el arte de caminar, el pequeño oso de peluche levantó la cabeza y sus pequeños ojos redondos se encontraron con la atenta mirada de Tommy. Quien lo observaba sentado en su cama, con la emoción brillandole en los ojos.
Se quedaron así unos segundos antes de hacer algún movimiento.

Teddy fué quien rompió el silencio. Con una bocecita suave, como si susurrara las palabras, dijo:
-¿Ho-la?-Dijo tímidamente y luego añadió-¿Quién eres?.

Tommy que no le había quitado los ojos de encima, dibujó una sonrisa en su rostro albino y sin perder de vista al pequeño oso, se puso de pié y se arrodilló mientras extendía su mano para tomar la de Teddy y con un pequeño movimiento de abajo hacia arriba, respondió la pregunta del pequeño.

- Mi nombre es Tomás, pero mis amigos me dicen Tommy(para Tommy, "amigos" vendrían a ser Héctor y Mary, la chica de al lado. Aunque no eran precisamente eso, en especial Mary).-Te acabo de dar vida, con esto -Dijo, mientras agitaba el talismán que sostenía entre sus dedos.

Aquél talismán se lo había obsequiado su abuelita Victoria para su décimo sexto cumpleamos. Su abuelita por parte de papá era la única familiar que lo tomaba en cuenta y como todos los años no se había olvidado del cumpleañoas de su nieto. Pero esta vez le había enviado un objeto brillante y circular, con un grabado en la superficie, en alto relieve se imponia un cóndor, rey de los cielos andinos. Y junto al regalo su abuelita le había escrito una nota, donde ponía que era un objeto de buena suerte y fortuna. Que concentraba magia y muchas otras cosas que Tommy preferiría no mencionar.

-De ahora en adelante serás mi mejor amigo. Nos protegeremos mutuamente y la pasaremos ¡super!.-¡Ups!, me olvidaba. Tu nombre en Teddy, lo siento si el nombre no es de tu agrado, pero no soy bueno en eso. A decir verdad, no soy bueno en nada.

El pequeño oso esscucho atentamente sin interrumpir el relato de Tommy y después con uan amplia sonrisa, dijo:

-¡Amigos!.
Y fijó sus diminutos ojos oscuros vidriosos sin expresión en los ojos negros de su nuevo amigo.

Continuará...

sábado, 27 de noviembre de 2010

TOMMY y los juegos vampíricos

Prólogo:

La tormenta era muy agresiva. En cuestión de segundos me dejó toda la ropa empapada. Una espesa niebla se desplazaba por las calles, interrumpiendo mi vista.

Seguí pedaleando, con teddy en mi espalda. Tuve ganas de tirarlo en medio de la calle, pero una corazonada me negó hacerlo. De alguna forma quería saber que era eso que tanto quería que observara.

Los relámpagos resonaban como látigos de gigantes, el viento gélido me golpeaba duramente la cara. Sentía la fátiga de la cuesta hacia el camino al valle.

Hace un tiempo atrás...

jueves, 19 de agosto de 2010

seven years

Existen caminos que unen y caminos que alejan.
Los días pasan deprisa como pequeñas estrellas fugaces refugiadas en nuestras vidas.

Esos días son inciertos, como nubes grises en una tarde gélida, listas para derramar nostalgia sobre un mundo que no entiende sobre su existencia.

Y nuestras vidas ridículamente cortas, nos hacen girar en problemas.
Nos llevan a la gloria pero siempre terminamos por caer en picada, con nuestras alas desgarradas... suplicando misericordia.

Existen caminos que nos llevan a un lugar y caminos que sólo nos hacen caminar. ¿ A dónde ?, quién sabe.

Días que pasan y no dejan de pasar, envejeciendo nuestros cuerpos. Aunque
sólo parece ayer cuando tenía siete años. Y los días no eran tan largos y
sombríos. Donde el sueño era una penitencia, donde soñar era algo común, donde mi mundo aún conservaba esos colores vívidos.

Los días pasarán...

pasarán y nosotros no veremos su final...

lunes, 9 de agosto de 2010

I & another me

Algunas personas se enamoran con el corazón.

Algunas personas simplemente no quieren enamorarse... y otras simplemente no lo intentan.

Algunas personas toman el autobus de regreso a casa y mientras son llevadas hasta su destino, se preguntan ¿Qué es el amor?.

Algunas personas toman el autobus de regreso a casa y mientras son transportadas a su destino, se preguntan ¿Estaré enamorado?.

Algunas personas sólo toman el autobus de regreso a casa y mientras esperan llegar a su destino se sumergen en un profundo sueño.

Algunas personas viven enamoradas.
Algunas personas viven pensando estar enamoradas.
Algunas personas viven y no piensan en el amor.
Algunas personas, son esas personas que viven en nuestro interior.
Como una gran masa de pensamientos y sentimientos contradictorios,
llenando nuestra cabeza de acertijos y laberintos.

Algunas personas...
simplemente una persona, yo.


domingo, 1 de agosto de 2010

Semi-Dioses : Destino # 1

El hijo de Zeus.

Existen muchas formas de obtener poder, una de ellas ... ser un semidios.

Por largos años, el hombre ha tenido que sucumbir ante el poder de los dioses, aquellos seres divinos llenos de arrogancia han vulnerado nuestros corazones y los han cubierto de miedo.

He olvidado por completo el tiempo que llevo en este lugar, las horas, los días han pasado a ser imágenes amarillentas sobre páginas de algún
viejo albúm. Todo comenzó, cuando todo terminó.


Algún tiempo atrás ...

Estaba a punto de suplicar a los Dioses, subiendo al Olimpo, mientras caminaba a paso lento, me sentía como nunca, más humano que Dios.


Por alguna razón, no me importaba ser reconocido como un héroe, tenía que obtener lo que me habian arrebatado, toda una vida, toda mi vida.

Y si por eso tendría que rogar, no lo hubiese dudado.El viento susurraba en mis oídos, acariciando mi rostro y alborotando mis cabellos. Podía sentir las nubes rozando mi piel, suaves como algodón, grises, cargadas de nostalgia. Listas para llorar sobre la tierra.

El suelo pedregoso hacía que tropesara por momentos, mientras mi mente deambulaba por algún rincón de este mundo, abandonando mi cuerpo,
dejandolo a su merced.


A merced de los Dioses, como Hades, quien en ese momento me bufó al oído, materializandose en forma de un anciano de
cabello ralo, ojeroso, con arrugas surcando zanjas en su rostro, encorbado y sosteniendose de un bastón en forma de serpiente.El cielo pareció oscurecer por unos breves segundos, mientras el Dios hacía su aparición, ondeando su viejo traje con la fuerza que procedía de su alrededor, haciendo que el viento soplara bruscamente.


Frente a mí, se encontraba Hades, señor del inframundo. Y por alguna razón, no me aterraba su presencia. Mi mente era humana, pero mi cuerpo
era de un Dios y aunque eso no me hacía más fuerte que él, tampoco me hacia vulnerable.

-¿Que te trae por estos rumbos, mi querido héroe? -Preguntó el Dios. Haciendo una mueca burlona y dibujando una sonrisa perversa en su rostro arrugado.

-Lo mismo te preguntaría señor del inframundo, ¿Cuál es el motivo de tu visita al Olimpo?, tendrías que estar cuidando el
trayecto de las almas, allá abajo y no aquí. Donde los Dioses gozan del esplendoroso sol de Apolo-Respondí.

Ví como sus ojos se llenaban de odio, frunciendo el ceño y mirandome fijamente, sentí la sed de sangre, que solo Hades puede guardar en su
interior. Sentí un escalofrío, como si todas las almas en pena del río Estigia viajaran por mi cuerpo y me dejaran escuchar sus lamentos.

Pero ni por un segundo tuve temor, durante largo tiempo he aprendido a no temer a los Dioses, el miedo ha desaparecido por completo de mi alma.

Ahora, estaba cara a cara con el causante que la mitad de mi vida sea una catástrofe. El Dios que me arrebato la mitad de mi alma, y tenía que pagar por eso.

-Veo que tus azañas han terminado por elevarte el ego, aunque me atrevería a decir que aún eres muy mortal como para desafiar a la muerte.

-Tengo lo suficiente de un Dios, como para dejar de temerle a la muerte.-respondí, frunciendo el ceño y viendo fijamente los ojos tétricos de Hades.

Hades era hermano de Zeus y Poseidón. Exiliado, humillado por sus dos hermanos. Fué destinado a cuidar el rumbo de las almas en el inframundo.

Yo, Dokós. Un semidios, Hijo de Zeus y por consiguiente, rival nato de Hades. Algunas personas me llamaban Héroe, otros sólo me insultaban y la verdad es totalmente una mentira. Salvé algunas aldeas de criaturas mounstruosas por el simple hecho de ganar prestigio ante mi padre, Zeus. Pero eso ha dejado de importarme, en este preciso momento cambiaría toda mi vida por la de un humano común.

-jajaja.-Rió Hades.

-¿Qué le hace gracia señor?.-Pregunté.

-Me he enfrentado a mis hermanos muchas veces, he asesinado criaturas que jamás imaginarias ver. He vivido mucho tiempo sobre una tierra muerta. Y tu, hijo de Zeus, tratas de desafiarme y creer que puedes rebelarte contra un poder mayor al tuyo. Eso es lo que me causa gracia y pena, Dokós.

-Pues, estas en lo cierto. Es así como suceden las cosas, y no por ser hijo de Zeus. Sólo por aparecer ante mí, creo que mereces morir.
Miré fijamente a Hades y no le quite la vista de encima. Él me sostenía la mirada y permanecimos así por algunos segundos.el viento se hacia cada vez más abrumador, empujaba mi cuerpo hacia atrás, pero parecía que al Dios no le afectaba esa cuestión. Porque seguía erguido, firme como una estatua.

-Entonces, Zeus ha perdido a un hijo.-Dijo Hades.

-Eso esta por verse.- respondí.Al tiempo que blandía mi espada y apuntaba a mi contrincante. Mis ojos emitieron un pequeño destello, como el de un relámpago y luego hice que esa energía se acomulara en mi arma. Cargandola de rayos. Ahora mi apariencia había dejado de ser humana.

-Igual que tu padre.-Dijo irónicamente Hades.Él solo me presenciaba, mientras yo resplandecía. Pero justo cuando iba a atacar, lanzando mis relámpagos sobre mi adversario. Hades había desaparecido de mi vista.

Intuitivamente volté, pero Hades ya estaba a mis espaldas listo para dar el golpe final. Pero en ese preciso momento un relámpago cayó en medio de nosotros, haciendonos volar en direcciones diferentes y dejando ver al señor del Olimpo y los cielos, Zeus.

Continuará...


sábado, 3 de julio de 2010

Tienes Un AmiGoO

Cuando trates de ver las estrellas en una noche estrellada y no puedas encontrar a tus amigos para compartir ese momento.
Cierra los ojos e intenta recordar aquellos días tranquilos... días de juegos, de risas sin preocupaciones.
Tal vez tan irreales para este mundo. Cierra los ojos y no escuches más que el sonido de tu corazón.

Cuando trates de escapar de tus pesadillas y no puedas encontrar a tus amigos. Cierra los ojos e intenta imaginar aquellos días cálidos, manejando bici o sólo sentados sobre la acera...

Cuando sientas el peso de la soledad sobre tus hombros y no puedas encontrar a tus amigos.Cierra los ojos y sonrie... porque tus amigos siempre estarán a tu lado.

Amigos... que suelen dar una vida y que por momentos son nuestra vida. Amigos... que hablan incoherencias y te iluminan ese destrozado corazón. Amigos... que comparten sueños y aventuras. Amigos... como los mios, como los tuyos, como los de siempre... amigos que fueron, son y serán siempre amigos.

lunes, 17 de mayo de 2010

Mi Dragón Mágico

DESTINO:
Prometeo robó el fuego del Olimpo y se lo otorgó al hombre. Pero el fuego de la vida de Zeus pierde su calor ... se extingue y el hombre vuelve a ser polvo, mientras los dioses se regocijan en su morada, esplendorosamente inmortales.

Han pasado varias semanas desde el sepulcro de papá y todavía siento que todo es una pesadilla. Mi voz a muerto, no puedo dormir y el pequeño pedazo de mundo que tenía terminó por derrumbarse. Mamá dice que vuelva a tener la vida de siempre, que salga con mis amigos y asista a la escuela, pero ¿eso es posible?, creo que no.

El despertador vuelve a sonar, con su tintineo chillón de siempre. Pero esta vez no tiene a quien despertar. Escucho la voz de mi madre, no logro entender lo que dice pero le respondo que ya bajo.

Me siento en una silla y espero que sirva el desayuno. No tengo ni la menor idea de como bajé por las escaleras. Mantengo la vista fija en el suelo, tratando de no ver el rostro de mi madre y anhelando ver el de mi padre. Mi cuerpo a perdido vida, tengo un vacío creciendo día a día en mi interior, consumiendo mis esperanzas, llenandome de soledad. Aún no logro entender porqué los dioses nos arrebatan a los seres que más queremos y ya ni sé que es peor, si morir o vivir sabiendo que morirás, ¿de que manera? es lo que me pregunto todas las noches.

-¿Por qué no vas al cine hoy?.-Preguntó mamá. Finjiendo una voz dulce, como si fuera un día cualquiera, negando los hechos, ocultando su dolor.


-No tengo ganas de salir, estaré en mi habitación.-Respondí.

-Estar todos los días encerrada no es bueno para tu salud amor. Que te parece si hoy pido permiso en el trabajo y nos vamos de compras.

-No quiero salir, ni hoy ni nunca.

-Mily, sé como te sientes y te entiendo. Pero tienes que madurar y ver la realidad. Papá ya no está con nosotras y...

-¡No digas eso!.-Grité. Interrumpiendo sus palabras.
Miré fijamente los ojos de mi madre y ví como aquellas lágrimas caían rozando sus mejillas, atravesando el dolor para olvidar los recuerdos.

Me levanté de la silla y salí corriendo, subiendo las escaleras, conteniendo las lágrimas y dejando a mamá inmóvil, abrazando su soledad.
Abrí la puerta de mi habitación, entré y la cerré con fuerza, golpeando al mundo. Me recosté sobre la cama, abracé mi almohada y no pude contener más el dolor. Las lágrimas inundaron mi alma, me ahogaban y no podía nadar, no me quedaban fuerzas, deseaba morir. El dolor se acrecentaba, se pozaba en mi pecho como una inmensa llama ardiente, quemando las viejas fotografías amarillentas de papá, recordandome que él ya no está aquí y que jamás volverá.

Después de la tormenta, mi cuerpo yacía sobre la arena, cansado y con el dolor desvaneciendose de mi pecho. La vista se me nublaba, los días sin dormir me empezaban a pasar factura y no pude resistirme a los brazos de Morfeo.

Sentí como mi cuerpo flotaba, el viento acariciaba mi rostro y una melodía conocida arrullaba mis sueños, tranquilizandome. Mis manos acariciaron la superficie y sentí aquella piel, áspera al contacto pero muy cómoda para descansar. Abrí lentamento los ojos y como había imaginado, me encontraba volando sobre el lomo de Nelkhael. La tierra bajo nosotros empezaba a bañarse de un tono rojizo, el ocaso caía irreversiblemente.

Los grandes árboles, y digo grandes, porque eran inmensamente grandes. Mucho más altos y fornidos que los árboles del mundo real. Eran otro tipo de árboles, parecían mágicos, sus hojas brillaban con luz propia, como pequeñas luciérnagas a la espera de oscuridad para lucir sus esplendorosos cuerpos.

Aquellos árboles, se alzaban imponentes como dioses griegos, acariciando el cielo y bailando al ritmo insonoro de la brisa.


Volamos por encima de esos titanes de cuerpos versosos, pasando por senderos trazados entre el bosque. Y la silueta de Nelkhael se dibujaba cuando sobrevolabamos claros, cubiertos de hermosas flores.
En el horizonte se podían distinguir grandes picos de sombreros blancos, sus cuerpos rocosos se extendían a sus anchas, abriendose paso y dejando pasar ríos de agua cristalina entre sus faldas, refrescando sus pies.


La noche era inminente y empezaba a preocuparme. Nelkhael no me había dicho ni una palabra desde que desperté y eso no era habitual en él. Además volaba apresuradamente, como si quisiera escapar de la noche. ¿Noche?, nunca antes había volado por estas tierras de noche. Y a decir verdad, su apecto cambiaba cuando está envuelta en tinieblas.
Comenzaba a sentir temor y decidí preguntar.

-Nelkhael ... ¿hacia donde nos dirigimos?.-Pregunté tímidamente, arrastrando cada palabra y llenandolas de suavidad.

-No es momento para preguntas señorita. Pero para su tranquilidad, creo que le interesará saber que nuestro destino está próximo. No falta mucho para llegar, por favor tenga paciencia y no haga preguntas hasta que el momento llege.
Luego, Nelkhael agitó sus alas con fuerza, cortando el viento, volando más deprisa, haciendo que el viento golpeara mi rostro y revolviera mis cabellos.

Volamos por varios minutos, por momentos miraba hacia abajo con la esperanza de encontrar alguna luz. Pero todo estaba en oscuridad, ni un sonido se asomaba a mis oídos, sólo el silbido del viento que Nelkhael provocaba al agitar sus enormes alas. Cuando de improviso, mientras tenía la atención perdida en aquella oscuridad abrumadora, Nelkhael pronunció palabra.

-Hemos llegado señorita.-Dijo en tono grave.
Al escuchar esas palabras, miré unas cuantas veces hacia abajo. Pero todo seguía oscuro. Pero una pequeña luz blanquecina llamó mi atención, reflejandose en mis ojos.
Voltié y miré hacia el horizonte.


Continuará ...

domingo, 16 de mayo de 2010

Mi Dragón Mágico

DOLOR:
Nunca imaginé que la muerte iba a tocar la puerta de mi casa. Mucho menos que mi padre iba a ser vulnerado, penetrado en su brindado traje de acero.
Jamás imaginé que mi héroe podría ser asesinado.
Pero mi padre a muerto, y eso no puede ser cierto. Me niego a admitir la caída de mi Rey. Niego este momento, por que en este preciso momento debo estar soñando. Un sueño oscuro, aquellos sueños que me desagradan.
Aquel policía era un demonio. Un mensajero de la muerte, complice de esta situación.
Mamá no pudo evitar romper en llanto, cerró la puerta en las narices del oficial, impidiendo que las palabras sigan consumiendo su razón. Se acercó hacia mí, con sus ojos rojizos derramando tristeza.
Mi mente divagaba por los confines del mundo. Paseandose por los hombros cansados de Atlas, y cayendo hacia el Hades, sumergiendose en el Estigia, viajando entre las almas en pena de antiguos guerreros.
-Mily ...-Susurró mamá.
Dejando que su voz se quiebre con cada palabra. Rodeandome con sus brazos, recostandome en su pecho mientras acariciaba mis cabellos.-Todo estará bien.-Concluyó, y su voz se desgarró junto con sus sueños. Ese dolor me era desconocido. Un dolor ajeno a mi mundo.
Mi castillo había quedado sin su rey, y los bandidos empezaban a invadirlo, destruyendolo, poseyendo a sus mujeres y sentándose en el trono que mi padre había dejado disponible.
-Mami ... mami.-Acaricié las palabras al borde del dolor.
-¿Esto es un sueño, verdad?.-Pregunté con ilusión ... con esperanza.
Mamá no respondió. Estaba inmersa en su dolor, y ahora empezaba a creer en todo.
Me escondí entre los brazos de mi madre, ocultando mi rostro, sintiendo su calor. Ocultandome de los bandidos, esperando que la pesadilla termine. Ese día, compartimos el mismo dolor.
Continuará...

miércoles, 12 de mayo de 2010

Mi Dragón Mágico

SUEÑOS :
Por las noches, cuando papá y mamá duermen, un dragón visita mi cuarto. Me subo a su lomo y volamos por el pueblo, viajamos hacia una tierra
colorida. Una tierra de criaturas mágicas y hombres que luchan con ellas.
Mamá me arropa y con un beso en la frente se despide. No cierra la puerta de mi habitación porque la oscuridad me asusta. Cierro los ojos finjiendo dormir, espero a que mamá se marche para levantarme de la cama.
Camino hacia la ventana, la abro y contemplo ese cielo oscuro salpicado de estrellas, y me pregunto por qué esa oscuridad no me aterra. Miro el reloj, es medianoche, Nelkhael ya debería estar aquí. Y tengo razón, muy cerca de la luna se dibujaba una silueta pequeña, que iba creciendo conforme avanzaba, ondeando en movimientos ligeros, brillando con luz blanquecina, confundiendose con las estrellas, bailando con la brisa gélida de aquella noche, emitiendo un sonido dulce pero profundamente melancólico.

Un tintineo chilón, repetitivo, interrumpe mis sueños, abro los ojos, miro hacia la mesita de noche, y me doy cuenta que es el despertador quien me ha devuelto lo sentidos, lo apago mientras voy maldiciendo a la persona que iventó aquellos aparatos. Seguramente, obra de algún viejo cascarrabias con problemas de Somnolencia.

Mamá me llama desde el primer piso, es hora de levantarse, le respondo que ya voy. Me cambio de ropa y bajo las escaleras, como lo pensé, el desayuno ya está servido sobre la mesa. Doy las gracias, gracias por la comida obviamente, miro a mamá, ella me sonrié, este ambiente me vuelve loca, por alguna razón algo anda mal, tengo un mal presentimiento.

Alguien toca la puerta, pero no de la manera como uno toca la puerta cuando va a visitar a un vecino, este golpeteo, era fuerte y apresurado, cargado de malas noticias. Mamá abre, afuera se encuentra un policia. Miro la cara desencajada de mi madre y luego el rostro inexpresivo pero fingiendo dolor del policia. Como lo pensé, algo no anda bien.
Continuará ...

viernes, 7 de mayo de 2010

Amor ... ¿Qué es el amor?

Mi amor se desvaneció entre sus brazos. Se fué con el primer autobus hacia el cielo.
Mi amor murió una tarde fría, cuando las hojas amarillentas del otoño salen a buscar refugio. Y voló al cielo, tomó una estrella y se perdió en el infinito. Ahora, mi amor vive lejos, donde la brisa gélida arrastra el olor a mar y congela la piel, haciendo desear la calidez de un abrazo.
Mi amor es un recuerdo de tiempos felices, es un dolor creciente y los días son interminables dosis de llanto. A veces siento morir, y la verdad es que muero desde que te perdí. Es de noche amor, y aún espero por ti. Los días han pasado y tal vez no regreses, pero voy a creer que lo harás. Aún es de noche amor, y todo me recuerda a ti.


-¿Puedes oír mi voz?
Estoy susurrando las palabras que te agradan.
-¿Pues sentir mi piel?
Estoy acariciando tu mano.
-¿Puedes sentir como palpita mi corazón?
Tu piel está fría y no sé que hacer.
-¿Estas dormida?
Y la nieve cobija tu cuerpo ...
-¿Sueñas conmigo?
Y por eso tus ojos no quieren abrirse ...
-¿Donde estas?-¿Te encuentras bien?
Por favor ... prometiste acompañarme cada día, por el resto de mis días.
Y ahora, comprendo tu silencio ...
-¿Deseas que te haga compañía?
Bastará un disparo ... y el mundo se detendrá.
-¿Puedes verme?
Si lo haces ... dime como encontrarte.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Cherry Bomb

Marie, la chica de al lado. No sale de su casa a menos que el cielo oscuresca.
Marie ... cada noche conoce a un chico nuevo. Sus besos, cuentan los que la probaron, son como una bomba de cereza, dulce y explosiva.
Marie ... mantiene la luz de su habitación encendida toda la noche. Dicen que no es del todo normal, siempre viste de negro y su mirada es profunda como si atravesará el alma.
¡Marie!, hermosa pero tenebrosa, siempre cantando una misteriosa canción:

Déjame odiar la vida,
déjame tocar el fondo del infierno,
déjame soñar con fantasmas ...
quiero sentir el miedo a la muerte.
No existen razones, las memorias son borrosas,
estoy sola y perdida en mis pesadillas.
¡Déja que mi voz se escuche!
que se pierda y confunda con la oscuridad.
Mis sueños son oscuros y manchados de sangre,
mis sueños se hacen realidad al abrir los ojos ...

Chico lobo y Chico vampiro EPÍLOGO

Hoy Lima amaneció gris y sus nubes plomizas cubren el sol. Y bajo esa nostalgía, la ciudad permanece pacífica, guardando en el olvido los sucesos de los días pasados, como si un huracán hubiese arrasado con sus recuerdos.Caminan por las calles desiertas esquivando los automóviles y viviendo en un mundo que apenas conocen.

Yo espero a la noche, para confundirme con ella y así mantenerme en el olvido.

Caminando bajo la luz blanquecina de la luna e intentando purificar mis pecados. Conduciendo mi pálido cuerpo hacia un lugar mejor, tratando de no buscar venganza aunque la muerte de mis amigos lo ameriten. Pero es mejor, así la ciudad olvida que existen "los Oscuros" y "la batalla de La Luna Llena" pasan a ser solo un cuento de miedo en una noche de campamento entre la calidez de una fogata.

Ahora sigo un camino que apenas conosco ... un camino infinito, cargando con el dolor que conlleva perder lo único bueno de este mundo ... la compañia.
Y destinado a vivir indefinidamente con lo único malo de este mundo ... la soledad.

martes, 27 de abril de 2010

Tu recuerdo es infinito ...

Dos amantes sobre un suelo de cristal. Bailando al ritmo palpitante de sus corazónes.

Dos amantes queriendo volar, intentando ganar al tiempo y salvar su amor.

Dos amantes viviendo el hoy ... viviendo sus sueños, sueños irreales, pero que mantienen cálidos los sentimientos. Y eso, de alguna manera es suficiente.

Dije:
-Si juegas con mi cariño, promete dejar todo como antes. Si permaneces fría, podría robar el alma cálida del sol. Si me besas antes de dormir, repite que me amas hasta abrigar mis sueños.
Dime amor, si lo que escribo no son sólo palabras.

y Te kedaste en silencio ...

Dos amantes sobre una tierra árida. Intentando saciar sus deseos.
Dos amantes escapando del calor, intentando salvar sus vidas.
Dos amantes sobreviviendo ... sufriendo, pero que de alguna forma mantienen sus recuerdos de cariño.

Dije:

-No viviré por siempre, promete que tu lo intentarás. Si permaneces cálida, podría asesinar mi alma y enfriar tu cuerpo. Si me besas antes, repite que me amas hasta cuidar de mí.

y Prometiste hacerlo ...


martes, 20 de abril de 2010

Un buen día para morir.

Al final de las calles, me espera una lápida, y en ella mi nombre.
En mi mente aún viaja la idea de morir, la muerte me aterra, hace que mis peores pesadillas sean dulces sueños.
Siempre me ha causado temor, un miedo a dejar de sentir lo que ahora siento. Dormir eternamente, en un descanso indeseable, dentro de un ataúd, sofocando mi alma.

Si pudiera decir que morir es algo normal, estaría diciendo que vivir es algo absurdo. Si pudiera elegir un buen día para morir, elegiría vivir para siempre, aunque eso ... sea doloroso.
No elegiría ni un día soleado ni el más gris de los días, tampoco diría adiós a mis seres queridos ni a las personas más cercanas.

Tomaría el autobús de regreso a casa, y me sumergiría en un sueño profundo. Olvidando los recuerdos que me empujan al suicidio, tratando de llenar ese agujero negro que succiona mis sueños y me llena de soledad, con recuerdos lejanos, borrosos, tristemente iluminados.

Un buen día para morir, sería cualquier día de la semana, del mes ... del año. No hay diferencia entre silenciar y enfriar tu cuerpo que seleccionar un día exacto para hacerlo. Pero eso sí, si tengo que morir, primero tendría que averiguar el significado de vivir, de estar presente todos los días en este mundo zombie.
Un buen día para morir, sería cuando pierda un gran amor, el amor de una vida y por consiguiente, de mi única vida.

21 de abril de 2010
Para: Mi único amor

El viento está soplando, está trayendo recuerdos que quisiera olvidar, que quisiera enterrar en lo profundo de tu amor, de mi único amor, amor que duele y no se olvida.
Lo siento, pero no soporto verte llorar, asi que te debo un adiós, un te quiero y un beso ... y si hoy la muerte no toca mi puerta, prometo volver ...
Tengo tu imagen grabada en la mente, tu amor lo llevo en el alma y nuestros recuerdos estan en una cajita al costado de mi corazón, por si esto es un adiós ... un hasta siempre


viernes, 26 de marzo de 2010

Soldado Technicolor

Guarda mi amor para una tarde gélida.

En algún rincón del mundo, escondido como un bandido, se encuentra un personaje pintoresco. Libre de hacer las cosas que quiera, simplemente un muchacho de aquellos tiempos felices. Siempre llendo de aquí para allá, con su andar de movimientos laterales, siempre con sus lentes de sol, brillando con luz blanquecina. Si fuiste su vecino, de seguro no olvidarás el sonido de su guitarra a medianoche o, un que otro gemido de placer, acompañados de pequeños ruidos de cama. Ese chico misterioso, deseoso de libertad. Ese chico pop, con sus frases simples, hacian que la vida lo fuera por escasos segundos.

Ese chico se llamaba Dante, y nunca olvidaré como desapareció de las calles, llevandose el brillo de sus lentes de sol, aquella noche cuando sus sueños se desvanecieron.
A sus diesiocho años, fué enviado a la guerra. No puedo contar lo que ocurrió en ese maldito lugar, por que no estuve allí. Pero puedo tener la seguridad que fué un infierno. Logré leer sus últimas palabras, escritas seguramente en una situación penosa, de puño y letra para su entonces novia, Lucy.

Diciembre de 1940
para : Lucy evans.


Odio este maldito lugar, llevo tres días sin dormir, el enemigo esta cerca y tengo que estar alerta. Algunos soldados lloran por las noches, trato de ser fuerte y rezar para que esta situación termine. Ayer murió mi mejor compañero, Henry. Todavía no puedo borrar de mi mente, el color rojo de su sangre y sus súplicas para que le salvaran la vida. Antes que cierre sus ojos, ví como las lágrimas rozaban sus mejillas manchadas de barro. Mientras escribo, la noche está misteriosamente silenciosa, y eso me aterra. Estos últimos días, estuve pensando en nuestra relación, para ser sincero, no creo salir con vida de aquí. Lucy, te amo como nunca amaré a otra mujer, te deseo lo mejor y espero que encuentres a una persona que te sepa amar con locura. Mandale mis saludos a tus padres y dile a mi madre, que a pesar de no haberle escrito ni una sola carta en todo este tiempo, la última imagen que me llevaré al otro mundo, será la suya. Y dile al pequeño Mike, que la próxima vez que juguemos baseball, no le dejaré ganar.

Dante Stevens.
Un maldito soñador, que coloreó su vida muy a menudo.

Gracias Dante, aún me debes ese partido de baseball.

sábado, 6 de marzo de 2010

Busco amor, no busco novia ...

«Hoy Dios me da la espalda, se ha cobrado mis pecados pendientes y me los ha hecho pagar con sangre. Hoy no
desperté con un beso, no volví a ver el amor desde sus ojos, no me enrede entre
sus cabellos negros, y jamás veré una sonrisa en el rostro petrificado que dejó la muerte ... despierta Julieta, por que no quedó veneno que mate a este pobre
Romeo».
Dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde ... lo dudo. Nadie sabe lo que tiene ni cuando lo pierde ni cuando lo tiene.

Llamémosle amor, a ese sentimiento juguetón, que atonta a las personas convirtiendolas en luchadores incondicionales, gladiadores ridículos listos para salir valerosamente a la arena y ser deborados por un tigre, listos para saltar de un puente; o simplemente dispuestos a embriagar sus corazones escuchando alguna canción de Ricardo Arjona, cantandola a viva voz, mientras los mejores recuerdos de un amante del pasado recorren sus mentes en un doloroso paseo.
Algunos podrían decir que no todos los casos son iguales ... pero sí muy semejantes, como viajar en una máquina del tiempo y descubrir a tu yo del futuro.

¡¡Vamos muchacho enamorado!!, la vida no se tacaba, cuando rompes con tu enamorada.

Conosco al Chico del corazón roto, hace poco terminó una relación de tres años, con la primera mujer de su vida ... hasta hoy. Ciertos días viene a mi casa y mientras hablamos de cosas triviales, advierto en sus ojos un inmenso vacío, como si estuviese perdido en una dimensión paralela, mientras mueve la boca inconcientemente, solo para responder. Pasa que cuando pierdes un amor, tu pequeño sueño, el pequeño mundo de cristal que creaste, se rompe en pequeños fragmentos difíciles de recojer.

Conosco al Chico aventurero, todos los días me llama al celular para comentar; o simplemente para joderme el día con sus charlas de fiestas y chicas. Siempre con el olor a cerveza impregnada en su ropa, alardeando de sus nuevas conquistas e ignorando mi aburrimiento.

Conosco a la Chica Vive la vida, con sus frases emprendedoras, sus ánimos elevados, siempre en una discoteca disfrutando de la única vida que conoce y que según ella, es para aprovecharla al máximo, locamente, en éxtasis.

Tengo amigos y no amigos, deambulando por mis días felices y no tan felices. De cualquier ángulo, el amor está en el aire, contaminando a los peatones de una ciudad desprovista de afecto, carente de cariño.
Me niego a enamorarme, por que el querer no se encuentra en la primera muchacha que pasa por tu lado, mucho menos en la pareja de muchos años.
El amor sigue escondido como un tesoro, enterrado por algún pirata de tiempos antiguos, esperando a ser encontrado. No deseo experimentar el dulce dolor, la costumbre desgarradora, la obsesión idiota, el placer animal. Por que un abrazo, unas caricias, unas palabras, una compañía no son suficientes para definirlas como amor.

No quiero ser una imitación absurda de Jesuscristo, pero sé muy bien como es el juego, ese juego de sábanas, ese juego de promesas irreales, en el que siempre obtienes un imenso GAME OVER en la frente si confundes los sentimientos. Ese juego mundial, muy popular, llamado facilmente amor ... ¿Juegas?.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Chico lobo y Chico vampiro parte 3

INTELLIGENT :
Después de presenciar el ocaso en la cabeza del Señor Olmedo. Percy, Tom y yo nos quedamos viendo sin saber que hacer.

-Bueno mi estimado warrior, cuento contigo esta noche. -Afirmó Tom, rompiendo el hielo.

-Por supuesto, no les fallaré. -Respondió Percy, sonriendo plenamente.
En sus ojos, llameaba una tranquilidad absoluta. Me daba la sensación de seguridad, como si tenerlo en nuestro equipo para cometer la torpesa de esta noche, fuera como ser protegido por una gigantesca coraza impenetrable, una troya humana.
Luego se despidió y se fué corriendo, como el viento hacia su casa, con la promesa de volver esta noche. Lo ví alejarse, con el sol brillando en su cuerpo cual si fuera una armadura, y él un antiguo guerrero marchando hacia el combate.

-¿Estas listo vampiro?. -Preguntó Tom.

-Eso creo. -Respondí. Ahora que Percy se había marchado, me invadió un pequeño temor, no estaba seguro de lo que iba a suceder esta noche y eso me aterraba.

-Todo saldrá perfectamente bien. -Dijo Tom. Como si hubiese leído mis sentimientos; o tal vez mi preocupación era extrema que se reflejaba en mi rostro.

-Lo sé, confío en ti. -Respondí, observando sus ojos y dirigiéndole una amplia sonrisa. Tom me devolvío el gesto y luego caminamos por la acera, en sentido contrario a la dirección que Percy había tomado.

Lo malo de perder el autobús es tener que caminar varias cuadras con el jodido calor quemandote la espalda, además de tener que pasar por la casa del chico más molesto de la avenida. Jorge un gordito que se pasa el día molestando a los vecinos, dicen que domina su pequeña cuadra por que sabe secretos bochornosos de la mayoría de residentes, en su totalidad infieles. Seguramente, espíando comodamente desde su amplia silla ubicada en el jardín de su casa, astutamente escondida, consigue las primicias.

-¡Maldita sea!, -me quejé.
Estabamos a dos metros de alcanzar la casa del gordo Jorge.

-Lo sé, -dijo Tom.

-Es mejor si corremos a partir de aquí, -sugerí y Tom asintió.


Cruzamos a toda velocidad, sin voltear a ver si sentado en su trono grasoso se encontraba el pesadito.
Nos encontrabamos a casi un metro de alcanzar la meta, el final, el límite que divide la casa de Jorge con la de Marilyn; su vecina, cuando una irritante risita estúpida llegó a nuestros oídos. No pudimos evitar detenernos y voltear a ver de donde provenía la burla. Como era de esperar, Jorge se encontraba desparramado en su asiento de cuatro patas, a punto de quebrarse.

-¡Hola!, amigos ... ¿Como estan?. -Preguntó Jorge, achinando los ojos mientras finjía una sonrisa amistosa.

-¿Amigos?, vuelve a decir eso y te rompo la cara maldito gordo.
-Amenazó Tom, irritado, alzando el puño.

-Tranquilizate Tom. -Sugerí, mientras le ponía una mano encima del hombro.

-No es necesario que me defiendas Gabriel, puedo tratar con chicos primitivos. -Se burló, arqueando las cejas y mirando desafiante en
dirección a Tom.

-¡No te estoy defendiendo!. -respondí airado.
Jorge era realmente irritante, no podía permanecer más tiempo ni a centímetros de él.

-¿No?, pues que lástima, yo si te defendería si un perro pulgoso quisiera atacarte.
El pequeño cerdito se quería pasar de listo, haciendo enfadar al lobo sin ningún motivo; o tal vez ¿si?.

-¡¡Se acabo!!, te voy a dar una lección maldito mocoso, -amenazó Tom, acercandose rapidamente hacia Jorge.

-¡Espera Tom!, lo agarre a tiempo del brazo y luego añadí :

-No vale la pena, es simplemente un niño engreído, alguien que no será uno de nosotros, le dará su merecido tarde o temprano.
Tom se quedó rígido, observando furiosamente a Jorge.

-Vamonos Tom, -dije, jalandolo del brazo para retirarlo del campo de batalla. Pero no se movió.

-Esta vez no Gabriel, le daré su merecido a este cerdo insolente, luego podremos irnos.
Examiné a Tom, estaba totalmente enfurecido y por lo bien que lo conosco, nada podría moverlo de ahí hasta que termine con lo que ha decidido.

-No estoy de acuerdo, pero si no quieres tomar mi consejo ya no puedo hacer más.
Solté su brazo y me aparte a un lado. Lo dejé inmovil, rígido, examinando a Jorge. Después de unos segundos, se lanzó hacia su presa, como el más feroz de los lobos.

El grasoso cerdo se quedó sentado, no podía hacer más que esperar que su depredador muerda su cuello.
Tom cayó con fuerza encima de Jorge, derribandolo de su trono, sujetandolo del cuello con las dos manos, apretando cada vez más fuerte.
El pequeño cerdito, lloraba, crillaba ... ¡¡oink!!¡¡Oink!!¡¡Oink!!. Pero el lobo no dejaba de apretar su cuello, no lo iba a soltar hasta que dejara de respirar. Tom estaba totalmente furioso, airado, irreconocible, los ojos le brillaban, estaba descontrolado.

-¡¡Es suficiente Tom!!, grité, acercandome a él y sujetandolo por los hombros, sacudiendolo, intentando hacer que reaccione. Pero fué en vano, estaba descontrolado, era como un lobo impidiendo que le quiten su presa.
Estaba desesperado, los chillidos de Jorge me desesperaban, no sabía que hacer, solo repetía una y otra vez que lo dejara libre, pero Tom no me oía, esta imerso en su furia.

El sol seguía brillando esplendorosamente, el ambiente se volvió pesado, como si el tiempo se hubiese detenido, como si el sonido hubiese sido puesto en Mute y solo se escuchara el sonido palpitante de mi corazón frenético, mi mente no respondía.

Cuando de improviso, como si el sol hubiese sido ocultado por una enorme nube, sentí como una sombra se expandía, se erguía detrás de mí.
Me quedé pretrificado, recordé que Jorge tenía un hermano mayor, Billy el Chico problemático de este lado de la calle.
Pasó por mi lado, caminando lentamente en dirección de Tom, Lo ví, no podía hacer nada, tenía miedo, era un cobarde.
En el suelo seguía la presa y encima estaba el depredador. Billy tomó del Pelo a Tom y con un golpe directo en la cara, lo derribó. Tom no se volvió a mover.
Yo seguía de pie, aterrado, no sabía que hacer, mi mente se nubló. Billy se acercaba a mí, su mirada era asesina, sonreía como si golpear
fuera una diversión, como si lo satisfaciera.

Se encontraba a un metro de distancia, listo para lanzar un directo a mi rostro.

-¡Hey!, chico problemas, ¿Ese auto es tuyo?. Una voz cálida tranquilizó mis miedos, me sentí salvado, voltié en dirección a la voz y ví a una chica de lentes apuntar a un auto rayado en la superficie de la pintura.

-¡Maldita zorra!, tu hiciste eso, Gritó billy, corriendo hacia la muchacha.

Mi cuerpo empezó a recobrar movilidad, mis sentidos despertaban y ví como ese delincuente iba detrás del segundo salvador del día, empezaba a creer que esto era un sueño y que pronto despertaría.
Ahora sentía una rabia avivandose en mi interior, como una bomba a punto de explotar, una sed de sangre que nunca había experimentado.
Voltié buscando al pequeño cerdito y lo encontré caminando penosamente hacia su casa, corrí en su dirección, lo tome de la playera, y lo empujé hacia atrás con toda mi fuerza. Cayó al cesped, sus ojos seguían inundados en lágrimas, pero no me interesó, no me importaba si era un niño, mi odio crecía conforme lo miraba, necesitaba vengar a Tom y la única idea que poseía mi mente era la de lastimar a Jorge.
Mantuve mi vista fija en él, no sabía que aspecto tenía mi rostro en aquel momento pero Jorge estaba aterrado, empezaba a rogar, pedía que
lo dejara libre y que nunca volvería a molestarnos.
Pero no escuché, lo agarré del cabello y lo levanté, jorge gemía de dolor, chillaba como el cerdo que era, lo puse a la altura de mis ojos y le dije :

-Si lastimas a mis amigos, te lastimaré de la misma manera; o peor, dependiendo que animos tenga, luego sonreí.
Alcé mi puño, lo llevé hacia atrás y estaba listo para acertar un directo a su redonda cara, cuando la misma voz cálida de hace un momento me
trajo a la realidad, rescatandome de ese lugar oscuro al que me había sumergido.

-Déjalo, no te ensucies las manos por cosas que no tienen sentido.
Era la muchacha que me salvó de Billy, había vuelto. Solté a Jorge, cayó bruscamente impactando en el ceped, voltié y la ví directo a los ojos.

-Lo siento, no sé que me pasó, el de hace un momento no era yo.
Mi cuerpo estaba cálido, fuí invadido por una tranquilidad, era la misma sensación que tuve cuando Percy estaba cerca.

-Eso creo ... en fin, el chico problemas no tardará en regresar, es preferible que salgas de aquí ahora mismo, dijo en tono serio, evadiendo mi mirada.

-Tienes razón, pero antes, no sé si podrías decirme tu nombre.

-Casandra.
No volvió a decir una palabra más, me dió la espalda y salió corriendo. Entró a la casa de en frente, al parecer era una chica con dinero, por que pertenecía a la familia Giardelli.

-Gabriel, llamó Tom. Se había puesto de pie y parecía aturdido por el golpe que acababa de recibir.
Fuí hacia él, pasé uno de sus brazos por mi espalda y lo ayudé a caminar.

-Es mejor que salgamos de aquí, Billy no tardará en regresar.

-Ese maldito pandillero, ya me las pagará cuando lo encuentré otra vez. Amenazó, frunciendo el ceño.

-Claro Tom, ahora agilicemos el paso.
Lo llevé hasta mi casa, en el trayecto empezó a sentirse bien y hasta caminó algunos metros por su cuenta. Abrí la puerta de mi habitación, Tom se acostó en mi cama, mirando pensativamente el techo.

-¿En que piensas?, pregunté.

-En lo de esta noche, ¿Lo has olvidado?, preguntó.

-¡Maldición!, grité.
Acaso no hemos tenido suficientes problemas por hoy. ¿Aún así quieres buscar más?.

-No sucederá nada que no haya planeado de ante mano.
Tomé asiento, esperando a que el computador se encendiera y luego añadí:

-Definitivamente eres un cabeza dura, Tom rió complacido.

La PC encendío, inicié sesión y hice doble click en el ícono de internet explorer. Me alistaba para sacar el videojuego del asesino del tornillo, cuando en la pantalla apareció derrepente un Gifs de una sacerdotisa dibujada al estilo cartoon, sonriendo burlonamente mientras sostenía un pequeño sobre de mensajería.
Hice click en el personaje animado y la ventana se redireccionó a una página web titulada "la sacerdotisa", donde para mi asombro en varias fotografías del día, se encontraba Jorge en situaciones comprometedoras.
En algunas se encontraba duermiendo con un oso de peluche mientras se chupaba el dedo pulgar, en otras aparecía con un tutú de ballet posando para la cámara. El tema llevaba por título, "El cuarto cerdito quien no hechó seguro a la puerta de su casa".

-Tom, acércate, no lo vas a creer.
Después de ver las ridículas fotografías que estaban en primera página en aquel sitio web. Tom rió hasta más no poder.

-Se lo tenía bien merecido, a la persona que haya subido esas fotos le estoy muy agradecido, Dije alegremente.
En ese momento, recordé a Casandra, la muchacha que nos salvó de Billy, bueno que me salvó, por que Tom si resivió daño.

-Me olvidé de contarte lo que sucedió después que te desmayaras.
Acomodé mi silla en dirección de Tom y lo ví a los ojos.

-¿Que ocurrió?, escúpelo.

-Después que Billy te acertó ese golpe en el rostro intentó atacarme pero una chica lo interrumpió, rayó su auto y salió corriendo. Billy fué tras ella pero no sé como logró escapar, por que luego de unos minutos apareció y me advirtió que tenía que salir lo antes posible. También me dijo su nombre, Casandra Giardelli, vive frente a la casa del gordo Jorge.
Evité contarle la parte donde me salí de mis casasillas y casi mato al cerdito.

-Casandra ... ¡eh!, respondió Tom con cierto grado de ironía en sus palabras.

-¿No me crees?, pregunté ofendido.

-Claro que te creo, luego dibujó una amplia sonrisa en su rostro y añadió :

-Hagamos los útimos acuerdos para el botín de esta noche.

-Ok, soy todo oídos, respondí resignado.
No hubo tiempo de jugar con el videojuego nuevo que me había comprado, Tom me explicó los últimos detalles de lo que me tocaba hacer esta noche.
Eran las dos de la tarde y nos mantuvimos charlando un largo rato.
Así llegaron las seis de la tarde, quedaba una hora antes que comience la fiesta en la mansión de Pablo Goméz.

-Llegó la hora, es mejor que salgamos de aqui, dijo Tom.

-De acuerdo, vamos, respondí.
Bajamos apresurados las escaleras que descendían a mi sala, abrimos la puerta y salimos de mi casa. Como es costumbre mis padres aún no
llegaban de su trabajo, eso era bueno hasta cierto grado.

-¡Corre gabriel!, me ordenó Tom.

-¿Porqué?, pregunté.

-Alguien nos espera y no es muy paciente que digamos, respondió.

Comencé a trotar, no me gustaba correr, pero ya no tenía otra opción que seguir las recomendaciones de Tom, estaba a su disposición, era su plan después de todo.
Mientras corríamos, el cielo se volvió gris con espesas nubes que empezaron a soltar pequeñas gotas de agua que impactaban nuestros cuerpos como pequeños misiles de guerra.
Corríamos en dirección a la casa del gordo Jorge, eso me aterró, miré a Tom y no parecía preocupado, seguí corriendo a su lado.

-Tom ... ¿Que hacemos?, pregunté temeroso.

-No te preocupes vampiro, ya llegamos, mira al frente.
Seguí la dirección hasta donde la mirada de Tom se posaba y para mi asombro, parada fuera de su casa, frente a la del gordo Jorge, se encontraba Casandra. Llevaba cargando una mochila, aún tenía puesta sus gafas y nos miraba sin emoción.

-Hola Cassi, saludó Tom al llegar a su lado.

-Justo a tiempo, respondió Casandra, ignorando el saludo.

-Gabriel, te presento a "La sacerdotisa", Dijo tom sonriendo plenamente.
Me quedé atónito, la persona que había subido las fotos ... es más la dueña de la página web era la muchacha que me salvó hace unas horas atrás.

-Hola, saludé torpemente, con la mirada hacia abajo.

-Ya te conocía, dijo Casandra, volviendo a ignorar el saludo.
La observé por algunos segundos y nuevamente me invadió la sensación de alivio, de seguridad. No tenía temor, por alguna razón me sentía protegido, como si la paz estuviera viviendo en el interior de mi cuerpo.

-¿Listos?, preguntó Tom, mirando a Casandra.

-Mientras menos preguntas mejor, respondió mientras caminaba dejandonos atrás.
Parecía que no le agradaban las preguntas y no entendía como una persona como ella había accedido ha participar en un plan tan absurdo, más si un perdedor como Tom lo había planeado.

-No te preocupes gabriel, en el fondo es una chica amigable, además es una genio con las computadoras, va ser nuestros ojos mientras nos encontremos dentro de la mansión. Miré los ojos de tom y asentí.

-Vamos o nos dejará atrás y creo que eso no le preocupa, dije mientras apoyaba una mano en el hombre de Tom, él sonrió y caminamos juntos intentando alcanzar a Casandra.
Los tres deambulamos bajo la lluvia que caía cada vez más fuerte, como si intentara evitar que sigamos con nuestro camino.



Continuará ...